El primer ministro iraquí, Iyad Alaui, acusó ayer de "negligencia" al Ejército estadounidense en la emboscada que acabó con la vida de 50 soldados iraquís el sábado por la noche en el norte de Irak. En un discurso ante el Parlamento interino, Alaui, que no explicó el porqué de la acusación, advirtió de que, a medida que se acerquen las elecciones, previstas para enero, aumentarán las acciones de la insurgencia. Según dijo, entre junio y septiembre, 560 personas han muerto en Irak por coches bomba.

El Gobierno iraquí ha abierto una investigación para esclarecer el asesinato masivo de los reclutas, y todo parece indicar que los agresores, miembros del grupo del jordano Abú Musab al Zarqaui, contaban con información dada por rebeldes infiltrados.

El Ejército de EEUU dijo haber matado en Faluya a uno de los lugartenientes de Zarqaui. Según esta versión, la víctima, de la que no dio el nombre, murió ayer en un bombardeo. Según, fuentes sanitarias de la ciudad, tras el ataque no se recibió ningún cadáver en los hospitales.

En una web, el grupo rebelde Ejército Ansar al Suna colgó ayer un texto en el que dice haber secuestrado a 11 guardias nacionales iraquís en la carretera que une Bagdad con Hillah.