Alemania abre este miércoles una nueva etapa de complicadas negociaciones. Los resultados electorales castigaron el bipartidismo e impulsaron una fragmentación parlamentaria que ha obligado a los partidos a sentarse en la mesa. Un tripartito entre los conservadores de la cancillera Angela Merkel (CDU/CSU), liberales (FDP) y Verdes, conocida como coalición Jamaica por los colores de su bandera, es la única opción viable. Hoy se ha iniciado la primera toma de contacto en un lento y complejo juego de acuerdos que puede alargarse hasta seis semanas.

A pesar de que las elecciones alemanas se celebraron el 24 de septiembre, las negociaciones se prorrogaron hasta después de los comicios regionales en el ‘land’ de la Baja Sajonia del pasado domingo, donde los socialdemócratas se impusieron a la CDU y con toda probabilidad seguirán en el poder otros cinco años. Aún así, en las últimas semanas se han podido apreciar algunos movimientos en el tablero político alemán dirigidos a encauzar las negociaciones entre las cuatro formaciones.

El más claro ha sido el paso al lado de Wolfgang Schäuble, ministro de Finanzas y hombre fuerte de los conservadores. Detrás de su decisión de dejar la cartera económica que ha dirigido los últimos ocho años hay la oposición de los liberales a que el padre de la austeridad y la ortodoxia fiscal siguiese al mando. “Todo sería mejor que un ministro de Finanzas de la CDU”, aseguró esta semana el líder liberal Christian Lindner. A pesar de no haberlo especificado, es sabido que el FDP, más duro y de marcado tono crítico con la integración europea, quiere esa cartera. Un total de 55 personas participarán en esas negociaciones.

LOS REFUGIADOS COMO ESCOLLO

Además de las discrepancias en política económica, educativa, en impuestos e integración europea, uno de los principales obstáculos para llevar a cabo la coalición Jamaica es la migración y los refugiados, el tema que ha marcado la agenda política alemana en los últimos dos años. Condicionada por la fuga de votos de su partido hacia la ultraderecha, Merkel aceptó establecer una cuota límite anual de refugiados en 200.000, una petición directa de la CSU, el partido conservador de Baviera hermanado a la CDU. Los verdes no tardaron en criticarlo. Aún así, las cuatro formaciones están de acuerdo en crear una nueva ley migratoria parecida a la canadiense, que prioriza el permiso de residencia a inmigrantes en función de las necesidades del mercado laboral.

El próximo martes se formará el parlamento alemán y Schäuble será elegido como su nuevo presidente. El peculiar sistema electoral hará que en esta próxima legislatura el Bundestag tenga 709 escaños, 78 más que en el anterior. Además de ser la cámara más fragmentada desde 1953, Alemania verá como por primera vez en más de 60 años un partido ultraderechista se sienta en los escaños.

Tras esta primera ronda de negociaciones se llegarán a una serie de conclusiones. La CDU y los Verdes ya han asegurado que consultarán a sus bases sobre este posible acuerdo mientras que el FDP estudia hacer lo mismo a través del voto electrónico. En caso positivo, todas las formaciones deberían volver a sentarse juntos para estructurar el nuevo Ejecutivo. Eso puede alargarse hasta Navidades. Mientras tanto, el anterior Gabinete seguirá gobernando en funciones. De fracasar, el país se abocaría a unas nuevas elecciones.