Alemania y Francia atacaron ayer con dureza los planes para reorientar Europa hacia un modelo económico liberal formulados por el primer ministro británico, Tony Blair, que asumirá la presidencia semestral de la Unión Europea (UE) el 1 de julio. El Parlamento Europeo también comenzó a fijar posiciones ante la crisis política abierta: el Grupo Socialista recomendó abrir un gran debate ciudadano en cada país y el Grupo de los Verdes propuso celebrar un referendo europeo sobre la Constitución a finales del 2007.

El canciller alemán, Gerhard Schröder, denunció que la visión de Europa de Blair supone un retorno al pasado. "¿Queremos una Europa unida, capaz de actuar, una unión política real o queremos ser sólo una gran zona de libre comercio? ¿Queremos volver atrás a la Comunidad Económica Europea después de la UE?", preguntó Schröder en un discurso durante la presentación de un libro del dirigente socialdemócrata Erhard Eppler.

DERECHOS SOCIALES "Hace falta preservar a nivel europeo un modelo social y de sociedad particular que se ha desarrollado en el continente", señaló Schröder, para denunciar a quienes "quieren destruir ese modelo por motivos populistas o por el egoísmo nacional". Schröder insistió en que sólo con "una unión política" se podrán vencer los retos de Europa y advirtió de la tentación de recortar los derechos sociales para igualarlos "hacia abajo".

El primer ministro francés, Dominique de Villepin, defendió la Política Agraria Común (PAC), ridiculizada por Blair, y la calificó como "un gran éxito de Europa", ante el Parlamento francés. Villepin recordó que el marco financiero agrícola para el periodo 2007-2103 se aprobó en la cumbre de octubre del 2002 en Bruselas por todos los países, incluida Gran Bretaña.

"La política agraria es un gasto del presente, alimentarse es un gasto del presente y del futuro", argumentó Villepin. En respuesta a los ataques de Blair, el primer ministro francés tildó el cheque británico (devolución del 66% de la contribución neta británica a la UE) de "verdadero gasto de antiguo régimen". Grecia también se declaró en contra de revisar la política agraria.

Blair reconoció que el cheque británico es una "anomalía", pero reiteró que sólo está dispuesto a renunciar a él si se suprimen "otras anomalías", tales como la política agraria europea. Blair intentó corregir su mala imagen ante los nuevos miembros del Este por haber hecho fracasar la cumbre y aseguró que está "plenamente comprometido con la ampliación", aunque se niega a asumir su parte de la financiación de la misma.

El primer ministro sueco, Göran Persson, tras entrevistarse con el primer ministro británico en Londres, también atacó la política agraria europea y aseguró que está más vinculada a la segunda guerra mundial que orientada hacia el futuro. Persson afirmó, además, que Suecia no está dispuesta a costear las ayudas regionales y de cohesión a un país rico como España.