En medio de la polémica surgida tras la retirada del Idomeneo del programa de la Deutsche Oper por miedo a la violencia islamista, la cancillera alemana, Angela Merkel, lanzó ayer un mensaje de firmeza y afirmó que Alemania no se dejará "intimidar por miedo a la violencia radical". Merkel criticó la decisión de Kirsten Harms, directora de la Deutsche Oper (la ópera de Berlín-oeste), quien el martes explicó que el espectáculo representaba "un riesgo incalculable para la seguridad del público y de los trabajadores de la ópera". Una escena en la que aparecen las cabezas decapitadas de Poseidón, Buda, Jesucristo y Mahoma motivó la decisión.

En declaraciones al diario Neue Presse , Merkel explicó que "la autocensura solo es justificable cuando se trata de una decisión responsable dentro de un verdadero diálogo entre las culturas, un diálogo que sea absolutamente pacífico". La cancillera se sumaba así a la cadena de críticas que ha suscitado la retirada de la ópera de Mozart. El martes, al conocer la noticia, el ministro de Interior, Wolfgang Schäuble, calificó la decisión como "una locura" y "algo inaceptable".

CONSENSO Ayer, durante la presentación de la Conferencia Alemania-Islam, tanto los representantes de los poderes públicos como los miembros de la comunidad musulmana estuvieron de acuerdo en lamentar la retirada de la ópera y en reclamar que esta sea representada.

La inauguración de la Conferencia estaba programada de antemano, y aunque en el aire ya flotaban los antecedentes del reciente discurso del Papa y la crisis de las caricaturas que tuvo lugar a principios de año, la polémica por el Idomeneo le dio un nuevo significado. La iniciativa pretende sentar unas bases comunes que ayuden a la integración de la comunidad musulmana asentada en Alemania, entre 3,2 y 3,5 millones de personas de acuerdo con los últimos datos oficiales.

Presente en la ceremonia, el ministro de Interior dejó claro que se había hablado del Idomeneo y que tanto los representantes del Gobierno como los de las organizaciones islámicas habían estado de acuerdo en que no debería haberse llegado a retirarla del cartel. "De hecho --manifestó-- nos alegraríamos mucho si la Deutsche Oper viera una posibilidad de volver a programar esa ópera, y todos los participantes de esta conferencia intentaríamos ir juntos, si conseguimos las entradas". Schäuble especificó que esa asistencia conjunta sería un símbolo de unión.

En la rueda de prensa posterior, Schäuble suavizó sus palabras de la víspera y dijo que "cuando la seguridad de mucha gente depende de una sola persona, es difícil tomar una decisión", defendiendo así a la directora de la Deutsche Oper.

SIN AMENAZAS El senador de Interior de Berlín, Eckhardt Körting, fue quien alertó a la ópera de posibles reacciones hostiles contra el Idomeneo . Körting, que volvió a ser interrogado ayer por la prensa, insistió en que nunca habló de amenazas concretas y recordó a la prensa más crítica que Harms no ha sido la primera en imponerse la autocensura. "La mayoría de sus oficinas --dijo, dirigiéndose a los periodistas-- se vieron en una situación similar a la de Harms en febrero, cuando tuvieron que decidir si publicar o no las viñetas de Mahoma. Recuerdo que la mayor parte decidieron no publicarlas". El acto de ayer marca el comienzo de una etapa de diálogo entre comunidades en Alemania.