Al final, no fue la aplastante victoria esperada. La Alianza Unida Iraquí, la gran coalición shií apadrinada por el líder espiritual de esta comunidad, el gran ayatolá Alí al Sistani, obtuvo el 48,2% de los votos en las recientes elecciones iraquís, según el recuento final dado a conocer ayer. La alianza shií ocupará 132 de los 275 escaños del Parlamento, seis escaños por debajo de la mayoría absoluta, y deberá pactar con la coalición de los kurdos el nombramiento de las personalidades que pilotarán la transición política. Esta última opción electoral, con el 25,7% de los votos y 71 escaños, ha logrado su objetivo de lograr un peso suficiente en la asamblea para plantear con fuerza sus peticiones.

La lista encabezada por el shií laico Iyad Alaui, primer ministro interino y favorito de EEUU, se colocó en tercer lugar, con un 13,8% de los votos. Estos resultados prácticamente le descartan de la lucha por seguir al frente del Gobierno.

La tasa de participación rondó el 58%, es decir, 8,5 millones de votantes, aunque en las provincias sunís la abstención fue muy elevada. En Al Anbar, sólo el 2% de los electores votó, y en Salahudin, un 29%. El boicot de los sunís, un 20% de los iraquís, resta representatividad al Parlamento salido de las urnas.

DECEPCION SHII La Alianza Unida Iraquí (AUI) no tardó en expresar su decepción ante los resultados obtenidos, y a la espera de su reacción oficial, lanzó una sombra de duda sobre la limpieza del recuento realizado por la comisión electoral. "El retraso en publicar los resultados nos hace pensar y nos genera dudas", declaró el jeque Humam Hamudy, uno de sus dirigentes. "Nuestros cálculos nos daban más que esto, esperábamos conseguir al menos un 50%, pero ¿menos de un 50%?", subrayó.

La AUI baraja tres nombres como candidatos a primer ministro. Adel Abdel Mehdi, uno de los dirigentes del Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Irak (ASRII), Ibrahim Yafaari del partido Dawa, otra de las formaciones políticas que integran la coalición shií, y el científico Husein al Shahristani, que pasó 10 años preso en la cárcel de Abú Graib.

EXIGENCIAS La decepción de los shiís contrastó con la alegría kurda. Jalal Talabani, dirigente de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), uno de los dos partidos que integran la coalición kurda, ya reclamó a principios de febrero el puesto de presidente o de primer ministro. "Soy el candidato de la lista democrática kurda a uno de los dos puestos de soberanía", dijo, en referencia al cargo de presidente o de primer ministro.

Los kurdos exigen, además, un amplio grado de autonomía dentro de un estado federal y han planteado la anexión al Kurdistán de Kirkuk, ciudad arabizada durante el régimen de Sadam, rica en recursos petroleros.

Una vez anunciados los resultados, los 275 miembros de la Asamblea Nacional Transitoria deberá constituirse y elegir por una mayoría de dos tercios de los diputados al Consejo Presidencial, compuesto por el jefe del Estado y dos vicepresidentes.

En las dos semanas siguientes, los integrantes del consejo elegirán por unanimidad al primer ministro y a los miembros del Gobierno. En caso de falta de acuerdo, serán dos tercios de los diputados los que elegirán al jefe del Gobierno.