Los insurgentes de una de las provincias de Waziristán Norte, una de las más inestables de Pakistán, anunciaron ayer el fin de un acuerdo de paz firmado con el Gobierno del mismo país hace 10 meses.

El documento, distribuido en el bazar de la principal ciudad de la provincia, Miran Shah, sostiene que el acuerdo ha terminado porque las fuerzas gubernamentales han atacado a los milicianos, no han pagado compensaciones a los perjudicados por sus acciones y han creado problemas en los puestos de control.

La autenticidad del documento fue confirmada por un portavoz de los milicianos, Abudlá Farhad, que convocó a los periodistas en la ciudad de Peshawar. El texto, firmado por la shura (consejo) de Waziristán Norte, advierte a las milicias locales y a los ancianos de la región de que no cooperen con el Gobierno Pervez Musharraf.

EL TERMINO TALIBAN Los firmantes del documento se refieren a sí mismos como talibán, un término utilizado por algunos milicianos paquistanís en el noroeste del país. "El acuerdo de paz ha terminado", afirmó Farhad. Según indicó, el jefe talibán en Waziristán Norte, Maulvi Gul Badahar, tomó la decisión en un encuentro de la shura .

En la misma línea, continúa la violencia por todo el país. Más de 70 personas, entre soldados, policías y algunos civiles, han muerto en Pakistán en tres ataques suicidas en tan solo dos días. Ayer, dos kamikazes estrellaron un vehículo repleto de explosivos contra un convoy militar en el Valle de Swat, y mataron a 12 soldados y 3 civiles, y causaron 20 heridos.

El gran detonante de la ola de violencia se registró el pasado jueves. El Ejército de Pakistán contabilizó 75 cadáveres en el complejo de edificios de la Mezquita Roja de Islamabad después de intensos enfrentamientos con los islamistas.