Entrar en los foros de debate de los partidos comunistas cuyos senadores disidentes provocaron la caída de Romano Prodi es tarea casi imposible. Refundación Comunista (PRC) tuvo que desactivar el jueves su servidor porque un alud de militantes enfadados lo colapsaron por completo. "¿Por qué no se quedaron en casa en lugar de cobrar 14.000 euros al mes?", "Aquellos dos prefieren la política exterior de Berlusconi", rezaban algunos lamentos. En las cartas a Liberazione, diario de PRC, las quejas se repiten: "Ha sido un daño incalculable"; "Iba esta mañana por la calle y nuestros electores me han agredido, ¿qué les digo?"; "Nuestro pueblo pide que no vuelva Berlusconi", "¡Basta ya con bufones, idealistas y masoquistas, nunca más os votaré!".