El Mercado Común del Sur (Mercosur), integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, y sus países asociados (Venezuela, Bolivia y Chile) rechazaron ayer la directiva de retorno de la UE, que consideran un "intento de criminalización de la migración irregular". El bloque se abstuvo finalmente de tomar las represalias sugeridas por los sectores más duros.

En una cumbre celebrada en la provincia argentina de Tucumán, los líderes latinoamericanos advirtieron de los peligros de poner en marcha "políticas migratorias restrictivas" que afectan "en particular a los sectores más vulnerables". A su vez, reclamaron luchar "contra el racismo, la discriminación y otras formas de intolerancia".

El texto final fue objeto de una ardua discusión. En principio, la declaración hablaba de "profunda preocupación" por los efectos de la directiva de retorno. Pero el boliviano Evo Morales llamó a dejar de lado "los términos suaves de la diplomacia", y el venezolano Hugo Chávez instó incluso a "conciliar posibles respuestas" más allá de las declaraciones. Al final, se impuso una solución intermedia.

RECIPROCIDAD Fue así que, al cierre de la reunión, se introdujo la palabra "rechazo" en el comunicado firmado por los mandatarios. El Mercosur y sus socios lamentaron que "naciones tradicionalmente generadoras de corrientes migratorias, que en la actualidad son receptoras de inmigrantes, no reconozcan, en base al principio de reciprocidad histórica, la responsabilidad compartida entre los países de origen, tránsito y destino de los flujos migratorios".

El bloque regional se ve envuelto en numerosas discusiones internas. La directiva europea de retorno, sin embargo, logró unificar sus criterios.

"La Europa civilizada legalizó la barbarie", dijo el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. "No podemos limitarnos a protestar", exhortó, y recordó que en su país "hay mucha inversión" de la UE, a la que amenazó con aplicarle un criterio equivalente a la directiva de retorno.

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, utilizó un tono más moderado, pero calificó la directiva de "francamente inaceptable" porque estimula "políticas xenófobas".

Todos miraron a Morales cuando pidió la palabra. "Esta madre tierra recibió a mucha gente que escapaba de la hambruna y la miseria. Llegaron pelados (sin nada) y ahora nos aprueban esta directiva. Antes (en la época colonial) decían que el indio no tenía alma. ¿Dónde está el alma de Europa?", dijo. Para la chilena Michelle Bachelet, la directiva de la UE "lesiona gravemente los derechos humanos". También ella insistió en que "nuestros países fueron muy generosos y solidarios con el inmigrante europeo". Por eso, "no es justo un trato denigrante".

INFORME DE AI Por otra parte, en su informe Mauritania: nadie quiere tener nada que ver con nosotros , Amnistía Internacional afirma que la "presión intensa" de la UE, y en especial de España, lleva a este país a violar los derechos de los inmigrantes. El secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, lo negó.