Es el momento de que la ONU dé "un paso atrás" en el Sáhara Occidental y de que Marruecos y el Frente Polisario negocien directamente y "sin condiciones previas". Esta es la conclusión del informe presentado ayer al Consejo de Seguridad de la ONU por su secretario general, Kofi Annan, tras décadas de mediación que no han logrado evitar el estancamiento del conflicto.

En su informe, Annan considera que el rechazo por parte de Marruecos del plan Baker y de la independencia del Sáhara "condenaría al fracaso" una nueva propuesta del Consejo de Seguridad, dado que "la ONU no puede respaldar un plan que excluya un referendo legítimo de autodeterminación". Asimismo, deja claro que la ONU no puede invitar a las partes a negociar un plan de autonomía, como pretendía Rabat, porque ello supondría reconocer la soberanía marroquí sobre el territorio.

El diálogo directo tendría que conducir a una solución "justa, duradera y mutuamente aceptada que proporcione la autodeterminación del pueblo saharaui occidental". Es la única salida que Annan ve ante una situación de bloqueo cuya prolongación supondría "una receta para la violencia". Asimismo, el secretario general de la ONU llama a los miembros del Consejo de Seguridad estrechamente vinculados con Marruecos a "cooperar" para el éxito del proceso, lo que puede interpretarse como una velada crítica por la falta de presión internacional a Rabat.

DERECHOS HUMANOS El informe mantiene que la solución deberá hallarse "bajo los auspicios de la ONU". Además, Annan expresa su preocupación por las violaciones de los derechos humanos por parte de Marruecos y anuncia el envío de una delegación del Alto Comisionado de los Derechos Humanos. Rabat guardó silencio y el Polisario tildó de "inaceptable e inviable" la propuesta de diálogo mientras "Marruecos se resista a aceptar la autodeterminación".