El Ministerio danés de Exteriores informó ayer de que el danés secuestrado hace una semana en Irak fue hallado muerto por la policía iraquí el 12 de abril, dos días después de ser asaltado por una banda armada cuando viajaba de Basora a Bagdad. Aunque el comunicado oficial no aclara las circunstancias de la muerte, se habla de que fue víctima de un acto de vandalismo, ya que, tras su desaparición, no hubo una reivindicación política.

El Gobierno danés fue informado por las autoridades de la coalición ocupante de la localización del cadáver de Henrik Frandsen. Nadie se explica cómo el hallazgo no se conoció hasta nueve días después. Además, según el corresponsal del canal de televisión danés TV2, fue él quien dio la noticia a la policía.

Según el diario Ekstra Bladet , era la tercera vez en los últimos siete meses que Frandsen, de 35 años, padre de un niño de 5 y fontanero de profesión, viajaba a Irak por su cuenta y riesgo. El empresario estaba tratando de montar allí una pequeña empresa de fontanería. Según sus amigos, le hacía falta dinero porque tenía que pagar 8.000 euros (1.331.000 pesetas) a un abogado iraquí para poder registrar su empresa y así tener la opción de conseguir algún contrato. Frandsen es el primer civil danés secuestrado y asesinado en Irak.

Muy diferente es la situación de los tres ciudadanos italianos capturados desde hace más de una semana. El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, se mostró ayer optimista y subrayó que espera un desenlace feliz para ellos. "Tengo un pronóstico bastante positivo sobre la suerte de los rehenes italianos, pues he examinado distintas vías para lograr un desenlace exitoso de esta historia", dijo Berlusconi en una reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin, en Moscú.