"Aquí vivimos muertos", le dice Ingrid Betancourt a su madre, Yolanda Pulecio, desde algún lugar sin nombre de la selva colombiana. Es la carta de una rehén "débil y friolenta como un gato acercándose al agua". Casi no come y se le cae el cabello. Y así anota: "Piden pruebas de supervivencia a quemarropa y aquí estoy, escribiéndote mi alma tendida sobre este papel".

Su carta estremecedora forma parte de un paquete de vídeos, fotografías y textos, que el Gobierno de Alvaro Uribe entregó a los familiares de 16 prisioneros de las FARC y que fueron decomisadas a supuestos rebeldes en Bogotá. Pulecio, madre de la rehén, mostró su indignación tras ver publicada en la prensa una carta "íntima".