En un gesto casi sin precedentes, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, admitió ayer, ante el Parlamento palestino la existencia de "errores inaceptables" que han favorecido la aparición de la corrupción, al tiempo que prometió impulsar reformas para poner fin a los excesos de algunos miembros de su Gobierno. "No hay nadie inmune ante los errores, comenzando por mí mismo y de ahí para abajo; incluso los profetas cometen fallos", dijo Arafat en Ramala.

Un 77,4% de los palestinos cree que la corrupción en la ANP está "muy extendida", según un sondeo de ayer.

Paralelamente, en Tel-Aviv, comenzó la reunión de 3.000 compromisarios del comité central del Likud, que debían votar si autorizan al primer ministro israelí, Ariel Sharon, a concertar una alianza con el Partido Laborista.