En medio de una gigantesca movilización en todo el país y luego de casi 23 horas de un debate acalorado, la cámara de Diputados argentina aprobó de manera muy ajustada (129 votos a favor, 125 en contra y una abstensión) un proyecto de ley que busca despenalizar y legalizar el aborto. En el día más frío del año, los debates fueron seguidos en las calles aledañas del Congreso, plazas y calles de otros grandes centros urbanos. De un lado estuvieron los promotores de una iniciativa que permitirá interrumpir el embarazo hasta la semana 14 de gestación, y no solo en los actuales supuestos por violación y peligro de salud de la madre. Todas y todos llevaban el pañuelo verde, el color de una jornada histórica. Con crucifijos, ecografías y símbolos de fetos, los impugnadores del proyecto también ocuparon el espacio público. Ahora le tocará al Senado darle forma de ley. A lo largo de un día inusual, Argentina se paralizó y puso en escena sus enormes diferencias. Durante ese lapso de tiempo que pareció interminable casi no se habló del Mundial y Leonel Messi. Tampoco de la suba imparable del dólar. Hasta la convocatoria del movimiento obrero a una huelga general pasó a un segundo plano.

Medio millón de mujeres (buena parte de ellas adolescentes e incluso menores, en su mayoría pobres) interrumpen su embarazo cada año en la clandestinidad. El aborto por fuera de las instancias hospitalarias del Estado es la principal causa de mortalidad materna en más de la mitad de un país sin estadísticas confiables. Desde 2003, y cuando todavía estaban a flor de piel los efectos de la debacle económica y el “corralito”, un movimiento multipartidario de mujeres comenzó a reclamar a viva voz que se consagre el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Las masivas movilizaciones se realizaron bajo la consigna “por el derecho a decidir”. El crecimiento exponencial las luchas contra el femicidio y la discriminación de género a partir de 2015 fue creando nuevas condiciones políticas para volver a discutir otra vez un asunto candente que es rechazado por los sectores más conservadores de la sociedad y la Iglesia Católica.

EL DEBATE Y LA CALLE

La discusión entre los diputados, señaló el diario Clarín, incluyó “desde posiciones serias y fundadas hasta el oportunismo de falsos indecisos que sólo por especulación esconden su voto”. Máximo Kirchner, el hijo de la ex presidenta, que en su momento fue reacia a promover una ley como la votada esta mañana, pero que en el nuevo contexto político se muestra favorable a hacerlo en el Senado, criticó a los sectores que intentaron generar miedo y confusión en la sociedad. El diputado de ultraderecha Alfredo Olmedo encabezó las voces apocalípticas: “no enterremos el futuro de la Argentina matando a los niños por nacer!”. El presidente Mauricio Macri habilitó el debate parlamentario pero su coalición se dividió en este tema. “Vinimos a cambiar, no a consagrar el status quo. Les pido que piensen en un país al que les gustaría que la Argentina se parezca”. Recordó en ese sentido que en EE.UU, Asia, Europa y Australia, el aborto es legal, cosa que no sucede en gran parte de América Latina y África. Por primera vez, Iglesias fue aplaudido por sus adversarios.

La diputada radical, Estela Regidor, pertenece al mismo sector oficialista, pero quedó en el Congreso como la representación del oscurantismo al establecer una comparación entre una mujer embarazada con animales. “¿Qué pasa cuando nuestra perrita se nos queda embarazada? No le llevamos al veterinario a que aborte. Salimos a ver a quién le regalamos los perritos. Las peores fieras quieren a sus crías. ¿Qué nos pasa a los seres humanos que tenemos esa maldita razón que nos tapa el corazón?”. En el peronismo también se escucharon voces de ese tenor. La diputada Ivana Bianchi advirtió que con la despenalización del aborto podría proliferar el “tráfico de cerebros e hígados de fetos”.

LA CELEBRACIÓN

Afuera del Congreso, miles de mujeres celebraron el triunfo. Se habían quedado ahí durante horas a esperarlo. Fue, según La Nación, “la noche en que los pañuelos verdes le ganaron la calle a los celestes”. Para Página 12 “si la votación por el aborto reflejara la movilización callejera, el resultado debería guardar una proporción de 9 a 1”. “Este es un país de mujeres que serán recordadas por sus pañuelos. Algunos blancos, como los de las que tienen más de noventa años (las Masres y Abuelas de Plaza de Mayo). Y otros verdes”, dijo la escritora Sandra Russo.