La revuelta musulmana por la publicación de las caricaturas de Mahoma vivió ayer su episodio más sangriento. Entre 9 y 11 personas murieron en la ciudad libia de Bengasi cuando la policía abrió fuego contra miles de manifestantes que trataron de asaltar el consulado de Italia, que resultó parcialmente incendiado.

Según agencias de noticias y televisiones italianas, además de las víctimas mortales hubo decenas de heridos. En una declaración oficial, Libia se limitó a informar de que hubo "muertos" durante los incidentes.

Un testigo que estaba dentro del consulado afirmó que los manifestantes eran 2.000 o 3.000. La policía trató de cerrarles el paso a tiros. Los que pudieron llegar prendieron fuego a una parte del edificio y a varios vehículos. La policía libia evacuó sano y salvo al cónsul, Giovanni Franco Maria Pirrello, y al resto de trabajadores italianos.

CONTRA CALDEROLI Los manifestantes dirigieron su ira contra el ministro de Reformas, Roberto Calderoli, quien esta semana anunció su intención de vestir camisetas estampadas con la caricatura de Mahoma. Tras conocer los incidentes, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, dijo que las informaciones procedentes de Libia eran "muy graves", y afirmó que su ministro, del partido populista Liga Norte, debe dimitir "inmediatamente".

Calderoli señaló que "los atentados y la violencia de matriz islámica comenzaron mucho antes que cualquier camiseta".

Las 11 víctimas de Libia se añaden a las cinco registradas esta semana en Pakistán, donde ayer, por quinto día consecutivo, hubo manifestaciones de repulsa a los dibujos de Mahoma en Lahore y Karachi. Además, en Peshawar, el clérigo Maulana Yusef Qureshi, de la histórica mezquita de Mohabat, brindó durante el sermón 7.000 euros para el que mate a uno de los daneses que caricaturizaron a Mahoma. Otros dos fieles de su congregación pujaron y elevaron la cifra a un millón de dólares (838.000 euros), un millón de rupias (14.000 euros) y un coche.

CIERRE DE LA EMBAJADA Ante esta ola de furia y amenazas de muerte a los dibujantes, Dinamarca cerró temporalmente la embajada en Pakistán, medida que tomó la semana pasada en el Líbano, Siria, Irán e Indonesia. El embajador danés, Bent Wigotski, declaró que seguía en el país "en un lugar seguro". "No hay razón para romper relaciones o algo parecido", declaró.

Por su parte, la portavoz de Exteriores paquistaní, Tasnim Aslam, dijo que el embajador paquistaní en Dinamarca ha sido "llamado a consultas".

A cientos de kilómetros de Pakistán, en Cisjordania, decenas de palestinos se manifestaron en Azún para protestar por unas pintadas irreverentes sobre el profeta aparecidas en una mezquita. El Ejército israelí reprimió la manifestación con gases lacrimógenos y granadas de estruendo y practicó varias detenciones. Menos violenta fue la protesta en Hong Kong, donde 2.000 personas de la comunidad musulmana mostraron su repulsa por las caricaturas.

Por otro lado, Reporteros Sin Fronteras (RSF) pidió la liberación de los siete periodistas que, según sus informaciones, están detenidos en Yemen, Siria y Argelia por publicar las caricaturas. El jefe de redacción y el director de editoriales del Daily Illini de Illinois, en Estados Unidos, han sido suspendidos de sus funciones por reproducir dibujos del profeta.