Las fuerzas de seguridad rusas tomaron ayer la sede central de la mayor petrolera de Rusia, Yukos, que está al borde de la bancarrota a causa de la ofensiva judicial emprendida contra la compañía a instancias del Kremlin.

La policía antidisturbios cercó el lujoso edificio de Yukos en el centro de Moscú para abrir camino a los representantes de la Fiscalía General y del Ministerio del Interior. La fiscalía rusa informó de que el registro se llevó a cabo en el marco de la investigación sobre presunto fraude y evasión de impuestos.

Según el portavoz de Yukos, Alexander Shadrin, los fiscales incautaron los ordenadores y servidores. "El embargo de los servidores que controlan la producción y transporte de crudo puede causar interrupciones en las actividades de la compañía", advirtió Shadrin.

El expresidente de Yukos Mijail Jodorkovski --según los observadores, rival del dirigente ruso, Vladimir Putin-- está en prisión preventiva.