Definitivamente, mantener una posición crítica con el Kremlin y sus secuaces en las repú- blicas rebeldes de Cáucaso ruso sale muy caro. La cooperante rusa Zarema Sadulayeva y su marido, Alik Dzhabrailov, secuestrados el lunes en Chechenia, aparecieron ayer muertos en un suburbio de Grozni. Por si esto no fuera suficiente, en Daguestán apareció muerto el periodista Malik Ajmedilov. Su cuerpo estaba acribillado a balazos.

Sadulayeva dirigía en Chechenia la oenegé Salvemos la Generación, que proporcionaba asistencia médica y psicológica a niños y adolescentes víctimas del conflicto, incluidos algunos menores que han sufrido amputaciones. Dzhabrailov, su esposo, también colaboraba con la oenegé. Ambos eran activistas de los derechos humanos. El lunes, unos hombres armados irrumpieron en la sede de la organización y se llevaron al matrimonio. Sus cuerpos fueron encontrados ayer en el maletero de un coche, con múltiples heridas de bala, en el suburbio de Tchernoretchié, en Grozni.

En la vecina república de Daguestán, el Ministerio del Interior anunció que Ajmedilov, subdirector del diario Khakikat , fue encontrado muerto ayer por la mañana en Palmira, un pueblo cercano a la capital, Makhatchla. El cadáver estaba en el interior de un coche con matrícula rusa y, según el ministerio, "presentaba heridas de bala en el vientre".

REGION CONVULSA Estas muertes son las últimas de una serie de asesinatos en una región convulsa desde la desmembración de la Unión Soviética, en 1991. Hace apenas un mes, otra activista de los derechos humanos en Chechenia, Natalia Estemirova, de la organización Memorial, fue también secuestrada y asesinada en Grozni.

"Es imposible plantearse ahora ningún trabajo de derechos humanos en la región", afirmó en Moscú Tatiana Lokshina, de Human Rights Watch, que viaja a Chechenia regularmente. "Los activistas están aterrados", dijo.

El presidente de Chechenia, Ramzan Kadyrov, leal al Kremlin, tildó de "crimen inhumano" el asesinato de Sadulayeva y Dzhabrailov y prometió controlar personalmente la investigación. "Quien ha cometido este crimen quiere dividir a nuestra sociedad y desestabilizar a la república chechena", añadió.

Algunos expertos creen que esta serie de asesinatos en cadena prueban que Kadyrov está perdiendo el control de la situación. "En Chechenia hay un gran número de asesinatos y ataques violentos, pero no hay razón para creer que todos se producen bajo las órdenes de Kadyrov. No hay ninguna duda de que el control de Kadyrov se está debilitando", aseguró Alexei Malashenko, un experto del Centro Carnegie de Moscú, financiado por EEUU.

Memorial sostiene que Kadyrov está detrás de la violencia y le acusa de haber ordenado el asesinato de Estemirova.