La iraní Sakineh Mohammadi Ashtiani, cuya condena a morir lapidada en Irán ha desatado una oleada de indignación en la comunidad internacional, será ejecutada mañana, según el Comité Internacional contra la Lapidación. Las autoridades iraníes han dado la orden para llevar a cabo la ejecución en la prisión de Tabriz, donde Asthiani cumple condena, explica la organización en un comunicado difundido en su página web. El Comité Internacional contra la Lapidación ya había informado el pasado día 11 de que el hijo de Ashtiani había sido detenido por la policía iraní junto al abogado de su madre y a dos periodistas alemanes que pretendían entrevistarle. El Gobierno alemán confirmó posteriormente la detención de los dos germanos, supuestamente un reportero y un fotógrafo, identificados por medios alemanes como periodistas del "Bild am Sonntag", que fueron detenidos y encarcelados el pasado 10 de octubre en la ciudad iraní de Tabriz (noroeste). El Comité ha organizado un acto de protesta hoy a las 14.00 horas locales (13.00 GMT) ante la embajada iraní en París, así como una marcha a la sede del Parlamento Europeo, en Bruselas. Ashtiani, de 43 años y madre de dos hijos, fue condenada a morir lapidada en 2006 por haber mantenido relaciones con dos hombres tras la muerte de su marido. Mas tarde, también fue acusada de ser cómplice en el asesinato de su marido y desde entonces permanece ingresada en un cárcel de Tabriz, en el norte del país. La movilización de la comunidad internacional aumentó después de que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que mantienen buenas relaciones con el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, ofreciera asilo político a Ashtiani, demanda que fue rechazada por las autoridades de Irán. También los ministros de Asuntos Exteriores de Francia e Italia se prestaron a reunirse con su colega iraní, Manucher Mottaki, para tratar el caso de Ashtiani, lo que fue desestimado por las autoridades de Teherán. La sentencia de muerte por la lapidación contra Ashtiani ha provocado una campaña internacional por parte de los grupos pro derechos humanos para evitar este castigo que rige en Irán desde las Revolución Islámica de 1979, aunque no se llevaba a cabo desde 2007.