Víctima de su propio éxito, con más de 40.000 personas acreditadas, el Foro Social Europeo (FSE) quedó ayer desbordado por una asistencia masiva a los primeros debates, que dejaron a muchos militantes antimundialización descontentos y en la calle. Los políticos locales que participaron en un foro paralelo reivindicaron un lugar en el movimiento social que se concentra hasta el sábado en París y alrededores.

En sus conclusiones, el FAL (foro europeo de las autoridades locales), que agrupa a 250 ciudades de 30 países, justifica su integración en el FSE porque "las ciudades y los territorios multiculturales constituyen auténticos espacios de ciudadanía e integración", una de las preocupaciones del colectivo. Andalucía y Cataluña fueron las autonomías de España más representadas.

La fuerte afluencia provocó problemas. Las 2.100 plazas previstas para la primera sesión fueron insuficientes.

Los economistas del Movimiento por una Política Alternativa para Europa reclamaron un "cambio de rumbo" para la política económica de la UE. "La UE está en una situación crítica" y "no está en condiciones de afrontar serenamente" los grandes desafíos, dijeron.