Entre 24 y 50 aviones de combate turcos bombardearon en la madrugada del domingo las bases del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el norte de Irak: los campamentos de Zap, Avasin y Hakurk (junto a la frontera turca) y el cuartel general de Kandil (a 100 kilómetros del límite con Turquía).

Según la agencia de noticias Firat, cercana al grupo kurdo, el ataque acabó con la vida de una mujer, hirió a seis personas y arrasó 10 aldeas. En cambio, los medios turcos aseguraron que se trata de áreas evacuadas y utilizadas por la organización terrorista y que en los bombardeos murió uno de los dirigentes del PKK. "El objetivo de esta operación ha sido única y exclusivamente la organización terrorista separatista y sus campamentos en el norte de Irak", dijo el portavoz gubernamental, Cemil Çiçek, tras felicitar al Ejército.

La incursión aérea de ayer llegó tras el acuerdo de noviembre con EEUU para compartir información sobre las posiciones del PKK. Es la primera vez en siete años que aviones turcos llegan hasta Kandil, bombardeada en diversas ocasiones por Irán. Según los expertos militares, los ataques aéreos continuarán todo el invierno, ya que la nieve imposibilita cualquier operación terrestre. En declaraciones a la NTV, el mariscal retirado Seyfettin Seymén comparó esta estrategia con los bombardeos de la OTAN sobre Serbia.