A solo dos días de las elecciones de mañana, los talibanes volvieron ayer a dejar su huella con atentados suicida y disparos de cohetes. Uno de los ataques no causó daños, pero evidenció que ni las zonas más protegidas de Kabul son invulnerables: dos misiles fueron lanzados contra el palacio presidencial.

El atentado más grave sucedió en la carretera que une Kabul con Jalalabad. Un suicida lanzó su vehículo contra un convoy de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), la misión encabezada por la OTAN, y causó la muerte a ocho personas y heridas a una cincuentena. Entre los muertos hay al menos soldado de la OTAN y dos empleados afganos de las Naciones Unidas.

En un ataque separado, otro suicida acabó con las vidas de dos civiles y tres soldados afganos en la región de Uruzgán, donde los talibanes tienen una fuerte presencia.

CREDIBILIDAD MERMADA El clima de inseguridad que acompaña a la violencia no es el único factor que merma la credibilidad de las elecciones, sino también la corrupción y el fraude. Una investigación llevada a cabo por la BBC destapó que se están vendiendo tarjetas de voto a miles y que los candidatos ofrecen miles de dólares en sobornos a cambio de los votos.

Para comprobar los rumores en este sentido, un empleado afgano de la televisión británica se hizo pasar por un comprador potencial de tarjetas electorales y al momento le ofrecieron un millar a 10 dólares (siete euros) cada una. Como prueba de la calidad del producto le enseñaron muestras: todas eran auténticas y llevaban el nombre, la foto y el domicilio del votante. La BBC precisa que no llegó a materializarse la transacción.

Un anciano y jefe tribal en la provincia de Baghlan explicó cómo funciona el sistema. Su condición de líder local le permite persuadir a un gran número de personas de que voten por uno u otro candidato. El anciano asegura que miembros de los equipos de los dos principales candidatos (el actual presidente, Hamid Karzai, y su principal rival, Abdulá Abdulá) se han acercado tanto a él como a otros líderes locales y les han ofrecido dinero.

ARRESTOS Resulta imposible saber cuántas tarjetas de voto han sido vendidas, pero al parecer se han producido algunos arrestos. La Fundación para unas elecciones libres y justas en Afganistán (FEFA), un grupo de vigilancia independiente, ha detectado fraude en el proceso de registro. En muchos lugares, los electores han recibido más de una tarjeta de voto, se han dado tarjetas a niños y se han entregado paquetes enteros de tarjetas a hombres que aseguraban, falsamente, que eran para mujeres de su casa.