La oposición demócrata y los principales diarios estadounidenses arremetieron ayer contra el presidente de EEUU, George Bush, por tratar de frenar la creciente pérdida de apoyo de los ciudadanos a la guerra de Irak recurriendo al miedo generado por los atentados del 11-S, en su discurso pronunciado en la madrugada de ayer en Fort Bragg (Carolina del Norte). También criticaron que el líder de la Casa Blanca vinculara una vez más los sangrientos ataques de Washington y Nueva York con el depuesto régimen de Sadam, pese a que no se ha probado tal relación.

"Está explotando el sagrado duelo del 11-S, sabiendo que no hay conexión entre los atentados y la guerra en Irak", denunció la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

CAMINO DESPEJADO Todos sus "débiles" argumentos sirvieron sólo para "recordar a los estadounidenses" que el "enemigo más peligroso, Osama bin Laden, todavía anda suelto y que Al Qaeda sigue siendo capaz de asestar importantes daños a esta nación, cuatro años después de su ataque a EEUU", añadió el líder de la minoría demócrata en el Senado, Harry Reid.

Bush comenzó su discurso reviviendo el recuerdo de los atentados, los más sangrientos sufridos jamás por EEUU, para justificar después la invasión de Irak, país que describió como "el último campo de batalla" en la guerra al terror. "Luchamos hoy en Irak porque los terroristas quieren atacar a nuestro país y matar a nuestros ciudadanos, e Irak es donde están construyendo su plataforma", sentenció el presidente, que aludió al 11-S en cinco ocasiones durante los 28 minutos de su discurso.

"Nosotros no esperábamos que Bush se disculpara por la información falsa que ayudó a conducirnos a esta guerra", dijo The New York Times en su editorial. "Pero esperábamos que se resistiría a la tentación de esgrimir de nuevo la sangrienta bandera del 11-S una y otra vez, para justificar una guerra en un país que no tuvo nada que ver con los ataques terroristas", añadió.

"El presidente trató anoche de apuntalar el cada vez más reducido apoyo popular a la guerra de Irak vinculándola, otra vez, con los ataques del 11-S", opinó The Washington Post . "Bush no explicó cómo una guerra cuyo objetivo era expulsar a un tirano, a quien se creía en posesión de armas de destrucción masiva, se convirtió en una guerra contra extremistas musulmanes, una transformación causada", en parte, por sus "muchos errores".

Ayer, la Casa Blanca acusó a las voces críticas de manipular sus afirmaciones sobre el 11-S. Bush no mencionó los atentados para modificar la justificación de la guerra, sino para explicar por qué es importante mantener la ofensiva en Irak. "Lo que dijo es que los terroristas han hecho de ese país el frente central de la guerra" contra EEUU, dijo su portavoz, Scott McClellan.

En Londres, el primer ministro, Tony Blair, defendió la invasión de Irak pocas horas después del discurso de Bush.