El brazo armado de Al Fatah --el movimiento de Yasir Arafat-- respondió ayer con sangre y fuego al acuerdo que el miércoles alcanzaron el jefe de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y su primer ministro, Abu Mazen, para la formación del nuevo Gobierno. No habían transcurrido 24 horas desde la oficialización del pacto cuando un atentado suicida se cobró la vida de dos personas, entre ellas la del atacante, en una estación de trenes cerca de Tel-Aviv.

El atentado ocurrió a las 7.15 horas en la entrada de la estación de Kfar Saba, entre la capital y la ciudad palestina de Kalkiliya (Cisjordania), y causó la muerte del suicida y de un guardia de seguridad de 22 años, además de heridas a otras 13 personas. Un joven de 18 años detonó la carga que llevaba adosada al cuerpo en el momento en que el vigilante le exigió la documentación. El ataque fue reivindicado por las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, las milicias armadas de Al Fatah.

En Ramala, Arafat condenó el atentado y reiteró su oposición a los ataques contra civiles israelís, además de asegurar que hará lo que esté en sus manos para prevenirlos. El rais también denunció la muerte de dos civiles palestinos a manos del Ejército de Israel en un colegio de la aldea de Qarauat Bani Zeit, en Cisjordania. Los soldados israelís dispararon contra el centro educativo después de que algunos de los alumnos les lanzaran piedras.

Abu Mazen no hizo ninguna declaración, aunque su posición frontal contra los ataques a civiles israelís es de sobras conocida. Una de las prioridades del primer ministro es desmantelar las milicias y no ha ocultado que quiere comenzar la tarea con las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa. El ataque de ayer contiene probablemente un mensaje en el sentido de que las milicias van por libre. De hecho, sus células operan muchas veces de forma autónoma.

El Gobierno de Abu Mazen será ratificado por el Consejo Legislativo (Parlamento) palestino en los próximos días, seguramente el lunes o el martes de la próxima semana. Cumplido este trámite, el presidente de EEUU, George Bush, dará a conocer la hoja de ruta , el esperado proyecto para conseguir la paz en Oriente Próximo que pasa, entre otras cosas, por el cese de los ataques terroristas en Israel y en los territorios palestinos.

LA ´HOJA DE RUTA´

En efecto, la hoja de ruta obliga a los palestinos, en primer lugar, a terminar con los atentados contra objetivos israelís, y a Ariel Sharon a congelar la construcción en los asentamientos de Cisjordania y Gaza, así como a desmantelar las colonias judías construidas desde 2001. La iniciativa también prevé la creación de un Estado palestino provisional este año y la consolidación de uno definitivo en el 2005. Mientras, se discutirá el tema de las fronteras, el derecho de retorno de los refugiados y un asunto espinoso: Jerusalén.

En algunos medios de comunicación locales se pronostica un fracaso de las negociaciones, ya que Israel nunca ha previsto retirarse a las fronteras de 1967. Israel no acepta las resoluciones de la ONU, que consideran "inadmisible la adquisición de territorio por la fuerza".

CONSULTAS

Según se supo ayer, Arafat y Abu Mazen llegaron el miércoles a un acuerdo que obliga al primer ministro a consultar al presidente cualquier decisión "trascendente". De acuerdo con fuentes oficiales, esto incluye el desmantelamiento de las milicias. Sobre este punto, Arafat considera que es necesario dar una oportunidad a la negociación. Sin embargo, si los diálogos fracasan, opina que la Intifada debería continuar.