La residencia del embajador español en Bagdad sufrió ayer importantes daños materiales por la onda expansiva de la explosión causada por un coche bomba dirigido contra un convoy estadounidense en el barrio de Mansur, en Bagdad. No hubo heridos en la sede diplomática. Además, Bagdad vivió ayer una nueva jornada de extrema violencia, con más explosiones provocadas por suicidas y con enfrentamientos armados entre las fuerzas norteamericanas y los insurgentes.

El encargado de negocios de la embajada y diplomático español de mayor rango en el país, Marcos Vega, declaró a la agencia Efe que "la explosión fue tremenda. Nos cayó metralla en el jardín y en la piscina, pero estamos todos sanos y salvos", aseguró. Como la mayoría de las representaciones diplomáticas occidentales en Bagdad, la española cuenta con grandes medidas de seguridad. Según la policía iraquí, en el ataque al convoy hubo un muerto, el suicida, y tres heridos.

CALLE CONCURRIDA Horas antes, un coche bomba accionado también por un suicida explotó en una calle muy concurrida en el distrito de Yamia, en el oeste de la capital, matando a 11 personas e hiriendo a cerca de un centenar. El vehículo estalló junto a una tienda de fotocopias, donde los aspirantes a ingresar en la Guardia Nacional iraquí hacían fotocopias antes de ir a un centro de reclutamiento.

Otro artefacto en las cercanías de Tikrit, cuna de Sadam Husein, acabó con la vida de un soldado estadounidense, mientras que otro falleció en un incidente ocurrido cerca de Mosul.

Y en el populoso barrio shií de Ciudad Sadr, tropas de EEUU e iraquís llevaron a cabo una operación de rastreo para buscar armas, apoyados por la aviación y por fuego de artillería. Militantes del Ejército del Mehdi, la milicia del clérigo radical Moktada al Sadr, les hicieron frente. Según fuentes del clérigo shií, murieron 15 personas.