Carcasas de vehículos calcinados, humo, gritos. Un atentado con coche bomba ante la Embajada de Jordania en Bagdad causó ayer 11 muertos y más de 65 heridos, en el peor ataque ocurrido desde que cayó la capital iraquí el pasado 9 de abril. Otros cuatro vehículos quedaron completamente desintegrados por la explosión que sacudió la capital iraquí a última hora de la mañana. La mayoría de las víctimas fueron alcanzadas por cascotes. Otras, por las balas de los guardias de seguridad de la embajada, que abrieron fuego tras el atentado. Ningún soldado norteamericano resultó herido en este ataque.

"La gente intentaba salvar a los heridos, pero tuvo que retroceder por los disparos", explicó un testigo. Grupos de saqueadores desvalijaron la sede diplomática, quemando alfombras o retratos del rey Abdalá II o de su padre, el rey Hussein. La multitud vociferaba contra el asilo concedido por las autoridades de Ammán a dos de las tres hijas de Sadam Husein, Ragda y Rana, gritando insultos contra los jordanos y coreando: "Queremos matarlos a todos".

APOYO DE POWELL

Las autoridades jordanas condenaron de inmediato "el ataque criminal" y rechazaron que tuviera relación con el asilo a la familia de Sadam. El secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, telefoneó a su homólogo jordano, Maruan Moasher, asegurando estar "desolado" por el atentado. Powell prometió al ministro jordano reforzar la seguridad en la sede atacada y proteger los intereses jordanos en el país, según fuentes del Ministerio de Exteriores jordano. El objetivo elegido por los terroristas representa, en efecto, un símbolo: fidelidad aliada con Washington, Ammán desempeña un papel clave en la futura estabilización de Irak.

Este atentado es la primera auténtica operación terrorista desde la llegada de los norteamericanos. Según el ministro jordano de Estado para Exteriores, Chaher Bak, "un misil fue lanzado hacia un coche lleno de explosivos, que estaba estacionado en uno de los párkings de la embajada". Nadie se había atribuido anoche el atentado, el primero contra la sede diplomática árabe.

Una técnica sumaria que confirma los temores de los norteamericanos sobre la irrupción en Irak de un terrorismo propiamente dicho además de la guerrilla que cada día o casi cada día mata a las fuerzas norteamericanas. Esta guerrilla está aparentemente dirigida esencialmente por antiguos cuadros de los cuerpos de represión del difunto régimen o por voluntarios árabes llegados durante el último conflicto. Pero grupos de islamistas radicales, llamados wahabís, han empezado a actuar alrededor de Faluya, al oeste de Bagdad, o en Baqouba, en el este. A los estadounidenses les inquieta también la entrada en el país de terroristas procedentes de otros países árabes, de Irán o de Afganistán, vinculados a la nebulosa Al Qaeda de Osama bin Laden.

El jefe del Ejército norteamericano en Irak, el general Ricardo Sánchez, indicó que este atentado "demuestra que hay terroristas profesionales que operan en el país y que todavía estamos en una zona de combate". Sánchez confirmó que se trata del peor ataque contra objetivos no militares que tienen lugar en Irak desde el final de la guerra.

FILTRO POR IRAN

Las fronteras de Irak son porosas, pero la mayoría de las infiltraciones provendrían de Irán, a través de las zonas montañosas en el noreste que escapan al control de la Unión Patriótica del Kurdistán, que dirige la zona autónoma kurda. Desde hace un mes, decenas de personas han sido detenidas.

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