EL ATAQUE fallido de la ciudad británica no estaba previsto y aparentemente fue improvisado en un acto de "desesperación" cuando la policía se disponía a detener a los conductores de los coches bomba encontrados un día antes en Londres, declaró ayer un funcionario de los servicios de seguridad. Los dos autores compraron la mayor parte de los materiales pocas horas antes de utilizarlos.