Un comando de al menos una decena de personas cometió anoche un atentado con explosivos contra un complejo turístico del norte de Córcega después de haber mantenidos secuestrados momentáneamente a todos los ocupantes y sin causar víctimas personales. El fiscal de Bastia, Dominique Alzeari, que se trasladó anoche al lugar de los hechos, en la localidad de Castellare-di-Casinca, destacó que había sido "uno de los atentados más graves" de los "últimos tiempos" en la isla francesa. En declaraciones emitidas hoy por la emisora 'France Info', Alzeari indicó que "los daños son considerables" porque tres de los edificios del complejo quedaron fuertemente afectados por las dos cargas explosivas, que lanzaron cascotes a varios cientos de metros. Los miembros del comando, encapuchados y con armas de gran calibre, llegaron a las instalaciones, ubicadas junto al mar, hacia las 18.30-19.00 horas (17.30-18.00 GMT) y reunieron a la docena de ocupantes -entre personal y clientes- para mantenerlos recluidos mientras colocaban las cargas explosivas. La deflagración en esa residencia de vacaciones, construida en los años 60 en un espacio de 22 hectáreas de pineda, se escuchó a varios kilómetros de distancia. Aunque no había por el momento ninguna reivindicación del atentado, el alcalde de la localidad lo vinculó a la protesta protagonizada allí mismo el pasado 13 de noviembre por un colectivo de nacionalistas corsos que denunciaba a la empresa propietaria, Proméo, por realizar "una operación de especulación" que le iba a reportar una treintena de millones de euros de plusvalía. La investigación se ha encargado a la fiscalía antiterrorista de París.