Al menos 23 personas murieron ayer y más de 30 resultaron heridas en un atentado suicida cometido en el interior de un popular restaurante del centro de Bagdad, muy frecuentado por soldados y policías iraquís. El restaurante está a 400 metros de la entrada de la Zona Verde, el área más protegida de Irak.

El suicida entró en el restaurante Ibn Zarzur poco antes de las tres de la tarde, e hizo accionar la carga explosiva que llevaba adosada al cuerpo. Según las autoridades, al menos siete de los muertos eran miembros de las fuerzas de seguridad. La zona del restaurante está sembrada de controles policiales, que protegen el acceso al búnker donde están los edificios del Gobierno y del Parlamento iraquí, así como las embajadas de EEUU y el Reino Unido.

En otro atentado, cometido también en Bagdad, cuatro personas murieron, entre ellas una mujer y un niño, al estallar un coche bomba aparcado junto a la mezquita shií de Nauab, en el barrio de Kazimiyah, en el norte de la capital. El ataque dejó heridas a otras 26 personas.

OTROS TRES ATAQUES La jornada de ayer fue la más sangrienta en Bagdad desde que, a finales de mayo, las autoridades iraquís pusieron en marcha la operación Relámpago, en la que miles de soldados y policías buscan neutralizar a grupos armados. Ayer también hubo atentados en Iskandariya, Mosul y Tikrit, en los que murieron cerca de 10 personas.

En el plano político, el recién electo presidente del Kurdistán iraquí, Marsud Barzani, reafirmó ante la Asamblea Nacional la decisión del pueblo kurdo de incorporar la ciudad de Kirkuk.