La cifra provisional de fallecidos por la avalancha en Zhouqu, en la provincia noroccidental de Gansu, sigue en aumento y las autoridades elevaron hoy a 1.254 el número de muertos, seis más que ayer, mientras que aún quedan 490 desaparecidos. La agencia oficial Xinhua actualizó los datos a las 16.00 horas locales (8.00 horas GMT) de hoy, lunes, mediante informaciones proporcionadas por los servicios de rescate.

Otras 31 personas siguen en paradero desconocido después de verse sorprendidas por otro desprendimiento de barro y rocas en Wenchuan, en la provincia de Sichuan, la misma zona que fue epicentro del terremoto de mayo de 2008, que causo más de 87.000 víctimas. El Buró Nacional de Meteorología de China pronosticó lluvias para todo el inicio de semana en Zhouqu, con chubascos y tormentas que se alargaran hasta el miércoles y "que posiblemente dificultarán las operaciones de rescate en la zona afectada".

Por su parte, el Ministerio de Comercio manifestó hoy que su tarea prioritaria es asegurar el suministro de productos básicos a la población de las zonas afectadas. Las autoridades ordenaron la colocación de mercados y puestos comerciales móviles "para satisfacer las necesidades diarias" de los afectados, a la vez que anunció una supervisión de los precios de productos esenciales como arroz, aceite, huevos o carne para evitar la especulación.

China guardó este domingo luto oficial por las víctimas del alud que hace una semana arrasó Zhouqu, con tres minutos de silencio en todo el territorio, incluso la Exposición Universal de Shanghái canceló sus programas de entretenimiento para la jornada. El país asiático vive su peor monzón desde hace doce años, con más de 3.400 muertos y desaparecidos desde que comenzó la temporada en mayo, con daños comparables a los producidos por las crecidas del río Yangsé en 1998, que ocasionaron más de 4.000 muertos y 140 millones de desplazados.