Un antiguo asesor del Gobierno australiano acusó ayer al Ejecutivo de haber mentido a la población al exagerar el peligro que suponía el arsenal iraquí. Andrew Wilkie, que dimitió en marzo por discrepancias con la política respecto a Irak, criticó con dureza a la Administración durante la primera jornada de una investigación parlamentaria para valorar la información dada por los servicios secretos australianos sobre el régimen de Sadam Husein.