Los enteros de Gerhard Schröder en la bolsa política alemana bajaron ayer. El mercado de futuros periodístico concluyó que la salida a la crisis desatada por los ajustados resultados de las legislativas entre los conservadores de la CDU-CSU y los socialdemócratas tiene una difícil solución si no se sacrifica a los dos protagonistas: Schröder y la aspirante conservadora a la cancillería, Angela Merkel.

La presidenta de la CDU y su homólogo del SPD, Franz Müntefering, se reunirán mañana por primera vez en un clima de gran coalición, jaleada por la mayoría de medios de comunicación. Ante este primer tanteo público entre los grandes, que anoche no tenía un lugar fijado, Merkel y Schröder intentaron reforzar posiciones en sus respectivos partidos sin ofrecer pistas sobre los caminos trazados por ambos.

APUESTA CLARA La prensa no jugó a favor del refuerzo al canciller y empezó a moverle el suelo. Los periódicos apostaron claramente por una gran coalición, aunque en esta ocasión el árbol a derribar no fue Merkel. El diario regional Westfälische Nachrichten analizó que puede haber una coalición "sin Merkel ni Schröder". Para el berlinés de izquierdas Taz , "la única solución es que los dos pretendientes a la cancillería se retiren. Schröder habrá impedido a Merkel ser cancillera y triunfará una última vez". En esta tesis abundó Der Tagesspiegel , al considerar que la unión de los dos grandes sólo será posible si el SPD renuncia a presentar a Schröder.

Más allá fue el popular Bild, quien aseguró que el canciller está dispuesto a ceder su lugar a un dirigente conservador si Merkel hace lo mismo. "Ningún canciller se ha sacrificado para permitir la formación de un Gobierno. En esta situación, Schröder se convertirá en un gran hombre en la historia del partido", explicó un dirigente del SPD no identificado al diario más leído del país. El alcalde de la ciudad, el socialdemócrata Klaus Wowereit, dejó entrever la posibilidad de una alianza sin el canciller "bajo ciertas circunstancias", aunque precisó: "Esas circunstancias aún no se dan".

SEGURO Y SONRIENTE Pero Schröder no mostró ganas de tirar la toalla. Ayer compareció junto a su hombre en el partido, Müntefering, después de que éste lograra el 95,2% del apoyo para mantenerse como jefe del SPD en el Parlamento. El presidente de los socialdemócratas repitió que el Ejecutivo se hará con Schröder, mientras el canciller marcó las líneas rojas de la negociación: programa y persona. Las negociaciones empiezan hoy.

Su ministro de Exteriores, Joschka Fischer, rechazó ser jefe del grupo de Los Verdes en la Cámara, así como ocupar algún cargo en el partido, aunque se confesó "disponible" para ser ministro. Sólo disponible para la CDU-CSU se mostró de nuevo el líder de los liberales (FDP), Guido Westerwelle, que dejó en manos de Merkel cualquier tipo de contacto para ampliar la coalición conservadora. Hacia ese fin se orientó ayer Merkel tras lograr el respaldo a la búlgara (98,6%) de los conservadores para ser la presidenta del grupo parlamentario CDU-CSU. Con este "refuerzo a las pretensiones de liderazgo", según fuentes conservadoras, Merkel dijo que las negociaciones serán "difíciles, pero que se encontrarán soluciones".