La población civil volvió a ser víctima ayer de la escalada de violencia que vive Irak. Al menos cinco personas murieron por bombas de la aviación estadounidense y otras cuatro perecieron en una explosión provocada por un grupo de la resistencia. En otras acciones armadas, seis miembros de la Guardia Nacional perdieron la vida. El ministro de Exteriores de Francia, Michel Barnier, dijo que los grupos armados iraquís deberían estar representados en una eventual conferencia de paz sobre Irak.

La aviación estadounidense se ensañó durante cuatro largas horas contra Ciudad Sadr, un populoso barrio de Bagdad de mayoría shií. El alto mando estadounidense aseguró que los ataques iban dirigidos contra seguidores del clérigo radical Moktada al Sadr, y que cuatro de ellos fueron liquidados. Como suele ocurrir en estos casos, la versión norteamericana nada tiene que ver con la de los iraquís, que recuentan los muertos y los heridos. El médico Qasem Sadam, del Hospital Imam, dijo que, además de cinco civiles muertos, más de 40 resultaron heridos.

CUATRO GRANJEROS A los civiles muertos en Ciudad Sadr hay que sumar cuatro granjeros que fallecieron al estallar un artefacto de fabricación casera junto al vehículo en el que viajaban, en la localidad de Jan Beni Saad, cerca de Baquba, 60 kilómetros al norte de Bagdad.

Y un día más, la resistencia apuntó otra vez contra las fuerzas de seguridad iraquís. En Mosul, a 240 kilómetros de la capital, un coche bomba estalló en el centro de la ciudad y mató a tres guardias nacionales, mientras que la explosión de otro vehículo conducido por un suicida acabó con la vida tres policías en Faluya.

El ministro de Exteriores francés calificó la situación en Irak de "agujero negro". En declaraciones a la radio France Inter, Barnier dijo que cualquier conferencia de paz sobre la crisis iraquí debería tratar sobre la retirada de las tropas norteamericanas y, en ella, deberían participar no sólo representantes de los países de la región y de las comunidades shií, suní y kurda, sino también de todos los partidos políticos del país, "incluyendo aquellos que han escogido el camino de la resistencia armada", afirmó el ministro francés.