Un despiste con algo tan serio como las armas nucleares. Eso es lo que ocurrió el pasado 30 de agosto, cuando un bombardero B-52 atravesó de norte a sur EEUU con seis cabezas nucleares a bordo sin que sus pilotos lo supieran, según publicó ayer el periódico Army Times . En total, las cabezas atómicas estuvieron perdidas durante las cuatro horas del vuelo, en un incidente que el teniente coronel Edward Thomas, portavoz de las Fuerzas Aéreas, calificó de "error aislado" que no supuso ningún peligro para la población.

Según las fuentes citadas por el Army Times, el B-52 despegó de la base Minot en Dakota del Norte y aterrizó en Barksdale (Luisiana). En Minot, el avión fue cargado con unos misiles que debían ser decomisados. Pero, por error, los militares cargaron en las alas del avión seis misiles cuyas cabezas nucleares no habían sido separadas. El error no fue descubierto hasta que el avión aterrizó en la base de Barksdale.

Según especialistas militares citados por el Army Times, no hubo ningún riesgo de accidente nuclear. Pero, más allá de si hubo o no riesgo, el despiste vulneró los tratados internacionales con respecto al transporte aéreo de armas nucleares.