La Casa Blanca vivió a mediodía de ayer ocho angustiosos minutos en alerta roja, la mayor de la escala antiterrorista, cuando una avioneta Cessna 150 penetró en el espacio de exclusión aérea que protege a Washington desde el 11-S y llegó a acercarse a sólo tres millas (5 kilómetros) de la mansión presidencial. Miles de funcionarios y turistas fueron evacuados urgentemente del edificio y también del Capitolio, el Tribunal Supremo y otros centros oficiales, mientras el vicepresidente, Dick Cheney, era escoltado a un lugar seguro. El presidente, George Bush, se hallaba en el vecino estado de Maryland. Laura Bush y Nancy Reagan, que se encontraban en la Casa Blanca para un acto oficial, fueron trasladadas a una zona secreta.

Dos hombres cuya identidad no se reveló --el piloto y un pasajero de la avioneta-- fueron detenidos cuando el aparato fue forzado por aviones militares a aterrizar en el aeropuerto municipal de Frederick (Maryland). "Parecen ser pilotos errantes", explicó el jefe de la policía del Congreso, Terrance Gainer.

ESPACIO AEREO RESTRINGIDO La soleada mañana primaveral discurría apaciblemente ayer en Washington. Recién regresado de Europa, Bush se desplazó a montar en bicicleta al Centro de Investigación de la Vida Salvaje de Patuxent, en Beltsville (Maryland). Sin embargo, la calma se quebró bruscamente a las 11.28 (hora local), cuando la Administración Federal de Aviación detectó que la avioneta había violado la zona del espacio aéreo restringido. Saltaron las alarmas.

"A las 11.59, la alarma antiterrorista se elevó a amarilla, cuando la avioneta se hallaba a 15 millas 24,1 kilómetros", explicó el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan. Dos minutos después subió a naranja y a las 12.03 se colocó en roja, donde permaneció hasta las 12.11, cuando volvió a bajar a amarilla.

"A las 12.14 horas se anunció que no había peligro", dijo el portavoz. En esos 15 minutos, los funcionarios de la mansión, la colina del Capitolio donde se halla el legislativo y un puñado de centros oficiales vivieron una escalofriante subida de adrenalina, al revivir el ataque del 11-S contra el Pentágono.

"¡Salgan!, ¡salgan!", gritaba la policía a los congresistas. "¡Corran, corran, corran!", ordenaba el servicio secreto a los funcionarios en la cercana Casa Blanca. El terror a un ataque terrorista se debió al caso omiso que la avioneta hizo de los avisos de los controladores aéreos para que saliera de la zona restringida.

A las 11.55 horas, 33 minutos después de su detección, dos helicópteros militares Black Hawk fueron enviados a interceptarla. Desde la cercana base aérea Andrews despegaron también dos cazas F-16, que lanzaron cuatro bengalas de advertencia y terminaron escoltando a la Cessna hasta que aterrizó.

La avioneta pertenece al Club Aéreo Vintage de Smoketown (Pennsylvania), "pero su viaje no estaba previsto para hoy", comentó ayer uno de sus miembros, Merv King.