Las cosas parecen cambiar muy rápido en esta Bolivia de la estabilidad y el crecimiento económico. Evo Morales ganó las presidenciales de octubre pasado con el 61%. Pero los bolivianos decidieron anoche recortar el poder del Movimiento al Socialismo (MAS) en las elecciones regionales. El oficialismo ganó en cuatro de las nueve gobernaciones, y aunque el vicepresidente Á dijo que el MAS se consolidó como fuerza nacional, tuvo derrotas cuyas heridas tardarán en curarse. El partido de Morales perdio en tres regiones, entre ellas La Paz, donde había arrasado seis meses atrás. Pero, además, cayó nada menos que en El Alto, la ciudadela que rodea a La Paz y ha sido el bastión político del presidente desde 2002. En El Alto, una aymará, como “El Evo”, Soledad Chapetón Tancara, de la derechista Unidad Nacional (UN), se consolidaba como la gran ganadora de la jornada con un 55% de los votos, según el sondeo a pie de urna de la consultora Ipsos. Hija de un policía y una vendedora de comida en la calle, La” Sole”, señalaron de inmediato los analistas, le arrebató al mandatario un territorio simbólico y lo puso en manos de los conservadores. “Gracias por confiar en esta mujer, por ayudar a difundir esta propuesta de Gobierno, gracias por compartir este programa de Gobierno municipal.

A los 34 años, la licenciada en Educación Chapetón Tancara emerge como un nuevo referente de la derecha. A pesar de sus rasgos aindiados, ella ha reemplazado la pollera colorida, el sombrero bombín y el mantón por prendas de vestir que hablan de otros gustos. “Queremos la modernidad”, ha dicho durante la campaña. Aunque la “Sole” no reniega de su linaje, prefiere presentarse como la mujer que ha ascendido socialmente. Por eso les habló a los alteños principalmente de prosperidad. Les dijo que la pujanza de la ciudadela necesita de otro tipo de gestión. Y así venció a Edgar Patana, uno de los protagonistas de las grandes movilizaciones políticas que terminaron en 2003 con la era neoliberal.

El Alto, que ahora se comunica con La Paz a través de un teleférico costó 130 millones de dólares y que queda en la capital como uno de los legados de Morales, está unido además por el espíritu opositor. Samuel Doria Medina, el líder de UN, se mostró eufórico por el resultado: “Se inicia una nueva etapa política en el país; la gente comenzó a cansarse del MAS y su arbitrariedad”.

La oposición se ha quedado a su vez con Tarija y Santa Cruz, la región más rica de Bolivia, y donde se concentra parte de la dirigencia más enemistada con el MAS, donde Morales también se había impuesto en octubre. En las provincias de Beni y Chuquisaca tendrá lugar una segunda vuelta. Los seguidores de Morales tienen allí la posibilidad de vencer.

El presidente se reunió con sus ministros pero se abstuvo de mostrarse ante la prensa. El que lo hizo fue García Linera. “Felicitamos lo logrado, celebramos este compromiso democrático de los bolivianos y agradecemos el apoyo militante de tantas personas al partido gobernante. Igualmente felicitamos a aquellos partidos de oposición que lograron la victoria en algunos departamentos y algunos municipios”, dijo. El vicepresidente recomendó a los adversarios del Gobierno no sacar conclusiones apresuradas de lo que ocurrió en los comicios del domingo.