Con el semblante preocupado ante la inminencia de la guerra, el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, se lamentó ayer, ante los enviados especiales españoles, de que el Gobierno de José María Aznar haya tomado partido por el belicismo de EEUU. "Aznar ha hecho un daño terrible a las tradicionales buenas relaciones entre España e Irak. Siempre hemos sido países amigos. ¿Cuándo Irak amenazó a España? ¿Es que acaso nuestro Gobierno ha puesto en peligro alguna vez la seguridad de los españoles? ¿Por qué Aznar nos hace esto?", se preguntó.

Quienes lo conocen dicen que éste no es Tarek Aziz; que el político que ayer recibió a los periodistas españoles destacados en Bagdad no tiene nada que ver con el que ellos conocían; que ha cambiado, apagándose. "Su expresión ha perdido brío. Sus palabras hablan de resistir hasta el final, pero su voz no transmite fuerza, sino sólo preocupación", explicó un periodista que ha asistido a centenares de las apariciones ante la prensa del actual viceprimer ministro iraquí y anterior ministro de Exteriores.

Desde hace casi dos décadas, Tarek Aziz ha sido la cara amable del régimen iraquí, el personaje que utiliza Sadam Husein cuando hay que tratar con Occidente, la prueba de que con el partido Baaz en el poder, un árabe cristiano sí puede ocupar puestos de máxima responsabilidad.

Ante la gran demanda de entrevistas de los periodistas españoles destinados en Bagdad, Aziz prefirió convocarlos a todos a la vez en el Palacio de Gobierno, un edificio que corta la respiración al visitante nada más entrar. El edificio se ha contagiado del gigantismo arquitectónico de que adolecen los petrorregímenes: es como si se sintieran obligados a construirlo todo enorme, para que se note que hay petróleo.

DECEPCION

Ayer, Aziz reveló la decepción, casi sentimental, que para el régimen iraquí supone que el Gobierno de Aznar se haya alineado con EEUU y Gran Bretaña. "¿Cuál es el interés de Aznar en participar en el juego lleno de mentiras de Bush que sólo va a conducir a la guerra?," se preguntó el viceprimer ministro que, eso sí, establece una diferencia entre Aznar y el resto de españoles: "Sabemos que el pueblo está contra la guerra".

"Si EEUU ataca y aquí se produce una masacre, el Gobierno español va a ser responsable de ese crimen", sentencia, mientras recuerda que a finales de los 90 y en el año 2000 se reunió con Aznar. "Fueron --rememora-- encuentros cordiales. Hablamos de amistad entre nuestros países, acordamos reanudar las relaciones diplomáticas. No entiendo qué le ha pasado a Aznar".