Ante el rechazo frontal de Francia, Rusia y Alemania, ayer José María Aznar aceptó introducir enmiendas "mínimas" en el borrador de resolución que copatrocinó para que la ONU autorizara la guerra de inmediato. Este cambio de criterio se produjo después de que, la noche del miércoles en el Congreso, Aznar se aferrara al texto original, pese a que a la misma hora el Gobierno de Tony Blair ya se mostraba dispuesto a enmendarlo para dar unos días más a los inspectores de la ONU y ralentizar así la intervención militar.

Una portavoz de la Moncloa afirmó ayer que el Gobierno estudiaba con Washington y Londres algunos retoques para lograr el consenso en el Consejo de Seguridad. La portavoz no precisó el alcance de los cambios, pero garantizó que se mantendrá el "mismo espíritu" del borrador original.

A TRES BANDAS

Aunque las primeras informaciones apuntaban a que la redacción de las enmiendas corría por cuenta de Londres, desde la Moncloa se aseguró que los tres países copatrocinadores están trabajando codo con codo. Según estas fuentes, los negociadores son los jefes de la diplomacia Colin Powell (EEUU), Ana Palacio (España) y Jack Straw (Reino Unido).

La ministra Palacio viajó ayer a Nueva York para participar en la reunión que hoy celebrará el Consejo, en la que el jefe de los inspectores de la ONU, Hans Blix, expondrá un nuevo informe sobre el desarme de Irak.

LA INTERVENCION POPULAR

El miércoles, en la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso, el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero preguntó a Aznar qué posición adoptaría en la ONU, tras trascender la amenaza de veto de Francia y Rusia. El presidente respondió: "Ni Rusia, ni China, ni Francia, ni por supuesto Alemania, que no tiene derecho de veto, han dicho que vayan a utilizar ese derecho". Y añadió: "Nosotros hemos copatrocinado una resolución, y esa resolución es la que vamos a defender. Porque eso es lo mejor para la paz".