Tras atemperar su apuesta por un ataque inmediato contra Irak, ayer José María Aznar consiguió mitigar su aislamiento parlamentario, pero sólo a medias. El presidente llevó al Congreso el pacto de mínimos firmado el lunes por los Quince --menos firme contra Irak de lo que él hubiera deseado-- y logró que, junto al PP, lo avalaran sus socios de CiU y Coalición Canaria, ésta última con algún reparo. Pero ambos grupos volvieron a cerrar filas con la oposición en bloque para dejar de nuevo solo a Aznar en su apoyo incondicional a la línea belicista del presidente de EEUU, George Bush.

Se empeñó Aznar en arrogarse como un éxito personal el frágil consenso alcanzado la víspera por la UE, pero nadie le creyó. Tanto el líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, como el resto de los portavoces achacaron la flexibilización de su postura a las masivas manifestaciones pacifistas. Y, de paso, le emplazaron a atender el clamor social contra la guerra y seguir rectificando.

CAMBIO DE FORMATO

La mejor prueba del cambio de táctica de Aznar fue su precipitada decisión, tomada horas antes del pleno, de alterar el formato del debate para dar más turnos de réplica a la oposición y, sobre todo, permitir la votación de resoluciones. Su objetivo, presentar el texto de la UE con el fin de captar los apoyos parlamentarios que no obtuvo ni en el anterior pleno, el 4 de febrero, ni en la votación de la pasada semana.

La propuesta registrada por el PP, calco del pacto de los Quince, defendía que "la guerra no es inevitable", que el desarme de Irak puede lograrse "de forma pacífica" y que "la fuerza debería usarse sólo en última instancia", pero también que las inspecciones de la ONU sobre el terreno "no pueden continuar de manera indefinida sin la plena cooperación iraquí". Postulados mucho más diplomáticos que los mantenidos por la ministra de Exteriores, Ana Palacio, en el Consejo de Seguridad. Palacio dijo ayer en Moscú que su dureza se debió a su "decepción" por el informe de los inspectores. "Me arriesgué a decir lo que me salió del fondo", dijo, informa Dmitri Polikarpov.

El vicepresidente Mariano Rajoy telefoneó al mediodía al presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, para pedirle apoyo a la resolución del PP. CiU acabó respaldándola, pero junto al PSOE y el resto de la oposición presentó y votó otro texto al que el PP no pudo sumarse. La iniciativa de toda la oposición rechazaba una guerra inminente contra Irak y pedía "más tiempo y más medios" para los inspectores de la ONU. Una demanda que Aznar, fiel al dictado de Bush, rechaza.

"PARENTESIS POSITIVO"

Pese a acoger el compromiso de la UE como "un paréntesis positivo, el PSOE se abstuvo de apoyar el texto del PP, si bien presentó una resolución propia en favor del acuerdo europeo. También el PNV y Coalición Canaria se abstuvieron, aunque la postura de ésta última fue testimonial, ya que presentó con demasiada antelación --y no pudo votar-- una resolución idéntica a la del PP.

Sólo Izquierda Unida y diputados del Grupo Mixto se opusieron al texto popular. Pero no fue éste el único aprobado. El PP también apoyó tres iniciativas de CiU (contra la dictadura iraquí y por el pueblo kurdo, el consenso europeo y el "respeto" entre la UE y EEUU) extraídos de la moción aprobada la semana pasada en el Parlamento catalán con el voto en contra de los populares.