El coloquio que reunió ayer en París a varios líderes conservadores europeos sirvió al presidente español, José María Aznar, para continuar con sus críticas a la izquierda. Aznar instó a la derecha europea a que sea "humilde y realista" dos virtudes de las que, dijo, carece la izquierda.

El primer ministro francés, Jean Pierre Raffarin, había propuesto como tema de debate lo que sucedió en las presidenciales francesas del 21 de abril del 2002, en las que el candidato socialista Lionel Jospin fue eliminado en la primera vuelta por el ultra Jean- Marie Le Pen. Y Aznar recordó que ante esos resultados, la izquierda convocó una gran manifestación, su "deporte favorito". Aznar subrayó que ésta es una práctica habitual de "socialistas y comunistas" en España aunque afirmó que tras la pancarta no hay "ni proyectos ni ideas".

Aznar, que fue presentado como el "referente" de la nueva derecha francesa, hizo hincapié en la necesidad de que "haya un solo partido, con un solo proyecto y un único equipo". Esto es lo que, según Aznar, ha conseguido el PP, que ha demostrado su unidad "en los momentos más difíciles", como el de la guerra de Irak.

Los líderes evitaron debatir la crisis iraquí limitándose a constatar sus convergencias políticas y sus convicciones europeas.

Al margen del coloquio, Aznar se reunió en privado con Angela Merkel y con Raffarin. Pero no logró ser recibido por el presidente francés, Jacques Chirac, quien parece evitar contactos con Aznar.