El próximo Gobierno de Chile tendrá a partir del 11 de marzo rostro de mujer por primera vez en la historia: la socialista Michelle Bachelet se impuso ayer en la segunda vuelta de los comicios presidenciales a su rival, el magnate Sebastián Piñera, por un margen de más de seis puntos. Escrutado el 67% de los votos, la abanderada del oficialismo logró el 53,22% de las adhesiones, contra el 46,77% del representante de la coalición de derecha Alianza por Chile.

Los primeros datos desataron la euforia en el entorno de Bachelet y confirmaron los pronósticos. A medida que se acercaba el cierre de la votación, se iba palpando en el aire de Santiago el triunfo de la candidata de la Concertación Democrática (socialdemócratas y democristianos), en el poder desde 1990. El subsecretario de Interior, Jorge Correa, aún no había anunciado los resultados provisionales y ya la televisión, pública y privada, le decía a su audiencia quién era la ganadora. En la sede de Bachelet, ubicada en el Hotel Plaza San Francisco, los colaboradores de la vencedora cruzaron abrazos. Cerca, en el Hotel Crown Plaza, Piñera y su entorno se preparaban para admitir la derrota.

UNA JORNADA TRANQUILA "Tenemos una gran noticia para Chile: una nueva presidenta. Fue la artífice de este triunfo, una gran candidata que demostró capacidad, inteligencia y liderazgo", dijo Adolfo Zaldívar, uno de los jefes de campaña de los socialistas. "Será la presidenta de todos los chilenos", resumió.

Las elecciones se desarrollaron en un clima de tranquilidad. "Soy muy optimista. Los chilenos han demostrado madurez democrática y una larga tradición de espíritu cívico", dijo Bachelet entre los gritos de apoyo de sus simpatizantes tras votar en el Colegio Verbo Divino. El pasado 11 de diciembre, la candidata logró casi el 46% del voto. Entretanto, Piñera, que en la primera vuelta obtuvo el 25,4% de los votos, ejerció su derecho cívico en el Instituto Superior de Comercio (Insuco). "Obtendremos el triunfo que el país necesita", señaló, y volvió a criticar al presidente, Ricardo Lagos, por terciar en la recta final de la campaña a favor de Bachelet. "Recuerden que dentro de las urnas no hay intervención, no hay presiones, no hay abusos", indicó.

ECONOMIA SOLIDA El ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, le respondió de esta forma: "La evidencia más clara de que hemos pensando en el bien del país y no en ningún tipo de coyuntura de corto plazo es el estado en que hemos dejado las finanzas públicas. Podríamos habernos puesto a hacer todo tipo de repartijas , a dar beneficios sociales y eso hubiera sido, sin duda, más efectivo en términos de votos"

En el Insuco también votó Lagos. "Dos mil diez, dos mil diez", le cantaron al presidente al llegar. Mucha gente repitió la consigna con la cual le han pedido que dentro de cuatro años vuelva a ser candidato. "En la noche, podremos estar orgullosos de un nuevo liderazgo", declaró, en clara alusión a Bachelet.

El presidente de la Bolsa de Comercio pareció suscribir esas palabras. "Nuestro país posee una economía muy sólida, ejemplar en Latinoamérica, así que creo que esto va a continuar sin cambios bruscos".