El Ejército de EEUU aseguró ayer desconocer si 18 niños habían muerto en una explosión en la ciudad de Ramadi, tal y como había informado previamente el Ministerio del Interior iraquí. Según el Gobierno, un coche bomba conducido por un suicida estalló junto a un campo de fútbol donde los menores estaban jugando un partido. La información la recogió también el canal de televisión iraquí Al Iraqiya, que estimó los fallecidos en 12 niños y seis mujeres.

Un portavoz militar estadounidense, sin embargo, afirmó horas después que la deflagración hirió a 30 personas, nueve de ellos niños, y que no fue fruto de un atentado terrorista. Según dijo, se trató de una "explosión controlada" provocada por soldados de EEUU para neutralizar una bomba. La explosión se registró pasadas las 16.00 horas, hora local. Algunas fuentes no descartaron que se tratara de dos incidentes diferentes.

Base insurgenteRamadi, situada a unos 110 kilómetros al noroeste de Bagdad y capital de la provincia suní de Anbar, es una de las principales bases de la insurgencia. En el resto del país murieron en varias acciones violentas al menos 18 personas, tres de ellas soldados de EEUU. Doce fallecieron en Bagdad, donde hubo cuatro atentados, y otras seis en Mosul, al norte, donde un suicida atacó una comisaría.

Ayer, el Gobierno iraquí anunció la celebración de una conferencia internacional de paz en Bagdad, a la que han sido invitados los países vecinos, entre ellos Irán y Siria, así como los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, iniciativa que fue aplaudida por la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice. El Ejecutivo, aprobó el proyecto de ley sobre la industria petrolera de Irak, país que cuenta con la tercera reserva de crudo del mundo. La nueva ley prevé conceder licencias a empresas extranjeras y distribuir las ganancias a las 18 provincias del país.