Las autoridades iraquís cumplieron ayer con la sentencia de muerte dictada contra el antiguo vicepresidente del país, Taha Yasín Ramadán. Se trata del tercer dirigente de la dictadura en morir en la horca tras la ejecución, el pasado 30 de diciembre, de Sadam Husein. La ejecución coincidió con el cuarto aniversario de la invasión de Irak por parte de la coalición militar angloestadounidense.

Ramadán fue conducido al patíbulo pasadas las tres de madrugada, hora local, dos horas menos en la península. Uno de sus abogados afirmó que antes había podido hablar por teléfono con su familia, que vive en Yemen. "Estaba tranquilo y sereno. Pidió a sus familiares y amigos que rezasen por él y les dijo que no tenía miedo a la muerte", afirmó el letrado.

"EN SILENCIO" El portavoz del Gobierno iraquí, Ali Dabbagh, aseguró que durante la ejecución, Ramadán "no dijo nada; guardó silencio". Otras fuentes, sin embargo, señalaron que el reo recitó la declaración de fe de los musulmanes: "No hay más dios que Dios y Mohamed es su profeta". En declaraciones efectuadas ayer a la cadena de televisión qatarí Al Jazira, el hijo de Ramadán calificó la ejecución de su padre de "asesinato político".

Las autoridades iraquís quisieron dejar claro que se habían tomado todas las medidas necesarias para evitar incidentes como los ocurridos durante la ejecución de Sadam Husein y de su hermanastro, Barzán Ibrahim.

En el caso del dictador, varios testigos del ahorcamiento insultaron al reo minutos antes de que fuera ejecutado, imágenes que fueron grabadas en un teléfono móvil y que dieron la vuelta al mundo. Ibrahim, por su lado, fue decapitado al haber calculado mal el verdugo la longitud de la soga de ejecución.

En primera instancia, Ramadán fue condenado el pasado mes de noviembre a cadena perpetua por el tribunal que juzgó el caso Dujail, el asesinato de 148 civiles chiís en 1980. Un tribunal iraquí de apelación consideró insuficiente la sentencia dictada contra Ramadán y la elevó en febrero a la pena capital. Varias organizaciones de derechos humanos recordaron que, durante el juicio, el exvicepresidente iraquí proclamó siempre su inocencia, y recordaron que no había pruebas para implicarle en la matanza de Dujail.

SUNI DE ORIGEN KURDO El antiguo colaborador de Sadam, un suní de origen kurdo de 59 años, fue el fundador del Ejército Popular, las milicias del partido laico Baaz, base del poder de la dictadura. Alcanzó la vicepresidencia del país en 1991, poco después de que acabara la primera guerra del Golfo, en la que el Ejército iraquí fue derrotado y expulsado de Kuwait.

Ayer, los restos de Taha Yasín Ramadán, que nació en Mosul, en el norte del país árabe, fueron trasladados hasta la pequeña aldea de Uja, en las cercanías de la localidad de Tikrit, para ser enterrados junto a Sadam Husein, tal y como era su deseo.