El ministro de Interior iraquí, Bayan Jabr, consideró ayer "exageradas" las denuncias de torturas y malos tratos de las fuerzas de seguridad a un numeroso grupo de presos que fueron localizados el martes por soldados estadounidenses, sin agua ni comida, en un centro de detención secreto en Bagdad. Jabr dijo que sólo siete de los 173 presos presentan signos evidentes de haber sido torturados.

El ministro calificó a los presos, algunos de ellos árabes extranjeros, de "grandes criminales terroristas" y dijo que las autoridades decidieron encerrarlos en la prisión del barrio de Jadriya de la capital iraquí por estar considerados como muy peligrosos. "Estoy en contra de la tortura y castigaré a aquellos que la practiquen", subrayó Jadr en rueda de prensa.

Jabr negó que todos los presos sean de confesión suní, y puso como ejemplo el caso de un shií acusado de haber cometido tres atentados con coche bomba en los que murieron 66 personas.

Los dirigentes sunís han pedido una investigación internacional porque no se fían de la iniciada por el Gobierno iraquí, dominado por shiís y kurdos. Los sunís aseguran que no es un caso aislado y acusan a las fuerzas de seguridad de torturar sistemáticamente a los detenidos.

RESPONSABILIDADES En el caso de la prisión de Jadriya, apuntan como posible culpable a las Brigadas Badr, las milicias armadas del principal partido político shií, muy vinculadas a los mandos de las fuerzas de seguridad.

El ministro de Defensa británico, John Reid, calificó lo sucedido de "totalmente lamentable", y el secretario general de la ONU, Kofi Annan dijo sentirse "profundamente consternado". La embajada de EEUU subrayó la gravedad y proclamó que "incluso un solo caso es demasiado".

Los dirigentes religiosos sunís atribuyeron a las fuerzas de élite de la policía el asesinato de uno de sus miembros, el jeque Yaser Salah al Samarrai. Según aseguraron, el religioso fue arrestado junto a tres personas más el sábado en Bagdad. El miércoles hallaron los cuatro cuerpos en la morgue de la capital con signos de haber sido torturados.

En el plano militar, el Ejército de EEUU informó de la muerte de cinco de sus soldados en una emboscada en Ubaidi, a 296 kilómetros al noroeste de Bagdad, en la frontera con Siria. En esta zona, las tropas de EEUU llevan a cabo desde hace dos semanas una gran ofensiva militar contra la resistencia. El Creciente Rojo Internacional cifró en más de 100.000 los civiles desplazados "que necesitan urgentemente ayuda humanitaria".