Un comando de jóvenes pandilleros, armados con granadas, fusiles de asalto y machetes, entraron ayer en un correccional de menores de la periferia de la capital de Guatemala y asesinaron al menos a 14 miembros de la banda rival. Cuatro de ellos fueron decapitados.

Los bomberos trasladaron a una docena de reclusos heridos a un hospital público y, según su portavoz, varios tenían "heridas de gravedad". Entre otros detalles macabros, un portavoz de los bomberos explicó que, pese al minucioso registro, "la cabeza de una de las víctimas decapitadas no fue encontrada".

Tres pandilleros murieron en otro enfrentamiento a tiros y golpes en la prisión de Puerto Barrios, con lo que la guerra desatada entre las bandas centroamericanas denominadas maras ha causado ya 53 muertos en las cárceles guatemaltecas en un mes.