Las autoridades de Bangladesh pusieron fin a la búsqueda de supervivientes del derrumbe del edificio que el pasado miércoles causó al menos 381 muertos y un número indeterminado de desaparecidos, informó hoy la prensa local.

"Hemos asumido que no queda nadie con vida", dijo el general de brigada Ajmal Kabir, que dirige las operaciones de auxilio, al portal de noticias bdnews24.com.

Los equipos de rescate han comenzado a usar maquinaria pesada para limpiar los escombros del inmueble que alojaba cinco talleres textiles en la localidad de Savar, en las cercanías de Dacca, cinco días después del siniestro.

Hasta el momento 2.437 personas han sido rescatadas de entre los escombros.

La última persona con vida que encontraron los bomberos, una mujer atrapada por la cintura, no pudo ser rescatada anoche debido a que estalló un incendio.

"No pudimos salvar a esa mujer. Se llamaba Shashina y era de Kushtia", afirmó a la prensa local un bombero que resultó herido.

La primera ministra, Sheikh Hasina, visitó hoy por primera vez el lugar del accidente y habló con las víctimas en el hospital Enam Medical de Savar.

La Policía arrestó ayer al dueño del edificio y antes había detenido a tres propietarios de los talleres, así como a dos ingenieros municipales.

El empresario español David Mayor, director general de Phantom-Tac, una de las fábricas textiles que se alojaban en el edificio, es buscado por las fuerzas del orden bangladesíes y se encuentra en paradero desconocido.

Las autoridades afirmaron que los dueños de los talleres ignoraron las grietas que aparecieron un día antes del accidente en el edificio y obligaron a los trabajadores a entrar en él.

El desastre ha vuelto a poner de manifiesto las malas condiciones laborales y de seguridad que sufren los trabajadores de talleres textiles en el país asiático, que abastecen a multinacionales occidentales.

Las compañías internacionales que confirmaron la producción en alguna de las empresas locales implicadas en el siniestro fueron Primark, El Corte Inglés, Bon Marche y Joe Fresh.

Las dos primeras mostraron públicamente a través de sendos comunicados su "tristeza" por lo sucedido.

La española Mango mantenía conversaciones con una de las fábricas del edificio y había realizado un pedido de prueba por lo que aparecieron etiquetas suyas en el lugar del siniestro.

Esa empresa asegura que no mantenía ninguna relación contractual con los talleres afectados.

Bangladesh es el país del mundo con los costes más baratos de producción en la industria de la ropa y por eso empresas de todo el mundo, incluido China, están trasladando parte de su producción al país asiático, de acuerdo con la Campaña Ropa Limpia.

Según datos de la Federación Nacional de Trabajadores del sector Textil de Bangladesh, en los últimos 15 años ha habido unos 600 muertos y 3.000 heridos en accidentes ocurridos en fábricas textiles (incendios o derrumbes) en el país.