Uno llegó apelando a una "nueva era de compromiso" entre los 192 integrantes de las Naciones Unidas; el otro, denunciando histriónicamente que las desigualdades e injusticias de la actual estructura del Consejo de Seguridad lo equiparan con un "consejo del terror". A uno lo recibieron, interrumpieron y despidieron los aplausos; al otro, algunos asientos vacíos o rellenados por delegados sin relevancia. Los líderes de EEUU y Libia, Barack Obama y Muamar Gadafi, debutaron ayer ante la Asamblea General de la ONU, y esos dos estrenos no podían haber sido más distintos.

Para el presidente estadounidense, la primera intervención ante la ONU era la oportunidad para enterrar definitivamente el unilateralismo. Y Obama lo hizo admitiendo cierta base para la falta de confianza en Washington, pero criticando un "antiamericanismo que demasiado a menudo ha servido como excusa para la inacción colectiva".

Obama jugaba con una carta de respeto internacional que se expresaba en una intensa expectación ante su discurso. Pero sus 38 minutos de intervención no iban a ser únicamente un tiempo de disculpas. Si bien urgió a "aceptar una nueva era de compromiso basado en intereses y respeto mutuo", habló de Estados Unidos como líder y dejó claro que "nunca" se disculpará por defender los intereses de su país.

CUATRO PILARES "Los que solían reprender a EEUU por actuar en solitario no pueden quedarse esperando a que EEUU resuelva los problemas solo", dijo Obama, que identificó la no proliferación y el desarme, la promoción de la paz y la seguridad, la preservación del planeta y un crecimiento global y justo como los cuatro pilares sobre los que construir el futuro.

El recuerdo de cómo en su primer día en la Casa Blanca prohibió la tortura provocó uno de los primeros aplausos, especialmente intensos cuando habló de "ocupación" para referirse a la situación de Palestina. Un día después de reunirse con los dirigentes israelí y palestino, dijo sobre los asentamientos: "América no acepta su legitimidad".

Con el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, entre los asistentes, Obama renovó su "compromiso con el diálogo" pero denunció: "Irán y Corea del Norte amenazan con sus acciones con arrastrarnos por una peligrosa pendiente". Añadió que "el mundo debe alzarse para demostrar que el derecho internacional no es una promesa vacía".

PIROPOS Gadafi siguió al mandatario estadounidense en el podio (con un intervalo de 15 minutos que evitó que ambos se cruzaran) y repetidamente llamó en su discurso al presidente negro "nuestro hijo" y llegó a decir que estaría "feliz y contento si pudiera seguir por siempre como presidente de EEUU".

Fue una de las notas coloristas de un histriónico discurso, una intervención que se alargó durante 94 minutos y donde planteó desde teorías conspirativas (dejando caer que el virus H1N1 ha sido una creación militar) hasta llamadas a solucionar el conflicto palestino-israelí con un estado llamado Isratine.

Una de las principales dianas de ataque fue la propia institución a la que se dirigía. No es el único que denuncia la estructura del Consejo de Seguridad, donde solo cinco países tienen asiento permanente y derecho a veto --EEUU, China, Rusia, el Reino Unido y Francia--. Pero nadie antes había llegado tan lejos como él, que habló de un sistema "feudal" y dictatorial".

José Luis Rodríguez Zapatero también se muestra a favor de reformar la ONU, pero no ahora. "No en este momento de crisis", aseguró. El jefe del Gobierno español, que se dirigirá hoy a la Asamblea General, puntualizó que el Consejo de Seguridad es "mejorable" y "ampliable".