Desde el pasado verano, Irán ha conseguido desarrollar su programa nuclear hasta un punto de no retorno, y las autoridades de Teherán podrían estar a menos de seis meses de enriquecer uranio a escala industrial. Estas son las conclusiones a las que ha llegado el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mohamed el Baradei, adelantadas en una entrevista con el rotativo Financial Times , horas antes de emitir un nuevo informe sobre el grado de cumplimiento de Irán a las exigencias internacionales sobre sus actividades atómicas.

Y mientras se agranda la brecha entre el régimen de los ayatolás y la comunidad internacional respecto al enriquecimiento de uranio iraní, la cadena de televisión BBC reveló ayer un supuesto plan estadounidense para atacar Irán que incluiría no solo sus instalaciones nucleares, sino también la mayor parte de su infraestructura militar, extremo desmentido por EEUU.

La bomba está lejos El máximo dirigente de la OIEA dio ya por hecho que Irán había conseguido dominar la tecnología de enriquecimiento de uranio, aunque también dio crédito a las informaciones procedentes del espionaje estadounidense e israelí de que aún son necesarios entre cinco y diez años para que pueda contar con una bomba atómica. "No se puede bombardear el conocimiento", dijo El Baradei para expresar su oposición a cualquier ataque militar contra el país asiático, antes de puntualizar: "Hay una gran diferencia entre adquirir el conocimiento para enriquecer uranio y fabricar una bomba".

En sus declaraciones al diario londinense, El Baradei dio por sentado que el informe que presentará hoy certificará el incumplimiento iraní con las demandas del Consejo de Seguridad de la ONU de poner en suspensión partes esenciales de su programa atómico. "Haré un último esfuerzo para convencerles a los iranís de que es de su interés hallar un camino para comenzar las negociaciones", declaró.

"Si ello no sucede, y no creo que es algo que vaya a ocurrir de la noche a la mañana, tendré que informar negativamente", adelantó el director general de la AIEA. Aunque el informe de hoy cumpla los pronósticos y presente un balance negativo respecto al grado de cumplimiento de Teherán con las demandas internacionales, habrá un plazo adicional, hasta el próximo 5 de marzo, fecha en la que se debe reunir el Consejo de Gobernadores del organismo atómico de la ONU.

Más sanciones Lo cierto es que la negativa de Irán a detener partes esenciales de su programa del enriquecimiento de uranio puede costarle un endurecimiento del régimen de sanciones ya vigente. En su entrevista, no quiso pasar por alto el desagrado ante la ya declarada intención de EEUU de reforzar el castigo impuesto en diciembre y que sanciona principalmente la transferencia de tecnología nuclear y balística a Irán. "Nuestra experiencia, sin excepción alguna, es que solamente las sanciones no funcionan; en muchos casos radicalizan al régimen y perjudican a los ciudadanos a los que se supone que no debería perjudicar", dijo El Baradei.

Las últimas declaraciones oficiales de dirigentes iranís no dan pábulo al optimismo. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, puso como condición para detener su programa atómico que las naciones occidentales acepten interrumpir sus propios programas, de forma que las negociaciones fueran "en igualdad de condiciones".