La oposición egipcia laica parece haber encontrado por fin la figura política capaz de plantar cara al régimen del presidente Hosni Mubarak. El premio Nobel de la Paz y exjefe de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), Mohamed el Baradei, que dirige la Coalición Nacional para el Cambio, ha hecho un llamamiento al boicot a las elecciones legislativas de noviembre. El año que viene el país celebrará comicios presidenciales, a los que El Baradei pretende presentarse. El Baradei, que regresó a Egipto en olor de multitudes a principio de año tras permanecer en el extranjero 12 años al frente del organismo de la ONU, exige a Mubarak una reforma de la Constitución, que de hecho deja que sea el régimen el que determine quién puede o no presentarse como candidato a la jefatura de Estado.

"Vamos a boicotear las próximas elecciones porque los que participen en ellas irán en contra de la voluntad nacional", dijo El Baradei a un grupo de seguidores en la noche del lunes. El político egipcio advirtió que seguirá con la campaña de recogida de firmas a favor de un cambio democrático y amenazó con "manifestaciones pacíficas en las calles" y, como "último recurso", con "la desobediencia civil", si el régimen persiste en "no aceptar las demandas" del movimiento opositor.

SILENCIO DE LOS ISLAMISTAS A pesar de que apoyan la incursión de El Baradei en la vida política del país, los Hermanos Musulmanes, el movimiento islamista que hoy es la principal fuerza de oposición en el país árabe, no se han manifestado de momento a favor del boicot. La incursión de El Baradei en la vida política egipcia no solo coincide con las dos citas electorales, sino también con los problemas de salud de Mubarak, de 82 años, que este año ha sido intervenido quirúrgicamente en Alemania. Los egipcios se preguntan si el rais volverá a presentarse como candidato en las elecciones del año que viene o si cederá el testigo a su hijo menor, Gamal, de 48 años, instaurando en el país una república hereditaria, al estilo de Siria.