El futuro presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, capituló ayer finalmente ante el Parlamento Europeo y retiró in extremis su propuesta de nuevo Ejecutivo comunitario para evitar la humillación de ser rechazado por la mayoría de los eurodiputados.

Barroso pidió a la Eurocámara más tiempo para poder presentar, dentro de "pocas semanas", un nuevo equipo capaz de lograr el respaldo mayoritario de la institución, tras constatar que no lograría la necesaria aprobación, debido a que cinco candidatos a comisario eran cuestionados.

La presidencia holandesa de la Unión Europea (UE) encargó de inmediato a la Comisión de Romano Prodi que siga en funciones durante el tiempo necesario para evitar un vacío de poder a partir del 1 de noviembre. Prodi lo aceptó, aunque ello supone retrasar su planificado y anunciado retorno a la política italiana.

VICTORIA POLITICA La situación creada constituye una gran victoria política y un reforzamiento del poder real del Parlamento Europeo como representante de los ciudadanos frente al diktat de los jefes de Gobierno de la UE.

"Hoy es un día muy importante para la vida política y la democratización de la UE", destacó el presidente del Europarlamento, el socialista Josep Borrell. "Esto demuestra que el Consejo de la UE no tiene la exclusiva de cómo se constituye la Comisión Europea", añadió Borrell.

La mayoría de la Eurocámara había cuestionado con firmeza el nombramiento de cinco comisarios controvertidos: el conservador italiano Rocco Buttiglione (Justicia, Libertad y Seguridad), la liberal holandesa Neelie Kroes (Competencia), el socialista húngaro Laszlo Kovacs (Energía), la liberal danesa Mariann Fischer Boel (Agricultura) y la conservadora letona Ingrida Urde (Impuestos). La mayoría de los eurodiputados no los consideran adecuados para ocupar los cargos para los que fueron designados.

Barroso, que la víspera había desafiado a la mayoría de la Eurocámara, negoció con el líder del Grupo Socialista, Martin Schulz, una salida que evitara el rechazo de la nueva Comisión Europea. Luego, se sumaron a la reunión el líder de los populares, Hans-Gert Pöttering, y el de los liberales, Graham Watson.

Con ese compromiso, Barroso compareció ante el pleno para anunciar que retiraba su propuesta de Comisión Europea y que presentaría un nuevo Ejecutivo tras consultar con los gobiernos de los 25 estados miembros de la UE. Todos los grupos parlamentarios aceptaron dar más tiempo al nuevo presidente de la Comisión Europea para presentar un nuevo equipo, sin fijar un plazo concreto.

CAMBIOS POR CONCRETAR Barroso eludió precisar qué comisarios y carteras cambiaría en el nuevo equipo. Se limitó a anunciar que realizaría "los cambios necesarios y suficientes". Tampoco pudo indicar cuándo podría presentar un nuevo equipo.

El Grupo Popular advirtió de que no aceptará que el reajuste del nuevo Ejecutivo se limite a Buttiglione, polémico por sus declaraciones contra los homosexuales y las madres solteras y en favor de un papel tradicional de la mujer. "Todos los candidatos que no superaron las audiciones deben incluirse en el reajuste", afirmó Pöttering.

Los socialistas, por su parte, insistieron en que "una Comisión con Rocco Buttiglione es inaceptable". Shulz también declaró que resultaban "problemáticos" los otros comisarios cuestionados, incluido el socialista húngaro Kovacs, y pidió a los gobiernos de la UE que facilitaran la tarea de Barroso ofreciendo candidatos adecuados.

Para los liberales, el cambio fundamental debe ser la eliminación de Buttiglione, mientras los verdes incluyen en la lista al conservador griego Stravros Dimas (Medio Ambiente).

El Gobierno italiano, sin embargo, insistió en mantener a Buttiglione como el representante de Italia en la nueva Comisión. La firma mañana de la Constitución europea en Roma será la primera oportunidad de los líderes de la UE de abordar la crisis política creada, aunque la cuestión se debatirá en más detalle durante la cumbre en Bruselas el 4 y 5 de noviembre.