El futuro presidente de la Comisión Europea, el conservador portugués José Manuel Durao Barroso, anunció ayer que pedirá a algunos gobiernos europeos que reemplacen a su candidato a comisario, para conseguir un Ejecutivo comunitario que logre la ratificación del Parlamento Europeo.

"Necesito más tiempo para volver a ver a algunos primeros ministros, para que pueda tener mejores opciones. Estoy seguro de que puedo conseguir un mejor equipo", declaró Barroso tras reunirse con el primer ministro holandés y presidente semestral de la UE, Jan Peter Balkenende, y con otros dirigentes europeos. El conservador italiano Rocco Buttiglione, el socialista húngaro Laszlo Kovacs y la liberal conservadora letona Ingrida Udre son los candidatos con más papeletas para ser eliminados del Ejecutivo.

Los líderes de la UE se esforzaron en evitar que la crisis política abierta por la forzada retirada de la primera Comisión de Barroso no enturbiara la ceremonia de Roma. Las primeras consultas para buscar una solución a la crisis se hicieron con discreción y de manera informal, al margen de los actos oficiales. Los líderes se limitaron a reafirmar su confianza en Barroso, pese a su grave error de enfrentarse a la Eurocámara.

REPROCHE DE ALMUNIA Joaquín Almunia, comisario económico de la UE, reprochó ayer a los líderes europeos su falta de implicación en la "crisis" entre el Parlamento y la Comisión de Barroso. Según Almunia, los "líderes" de cada país --"los que tienen mayor liderazgo"-- deberían implicarse, y agregó que temen una Comisión fuerte que les quite poder.