La Asamblea Constituyente boliviana suspendió ayer "hasta nueva orden" las reuniones de la dirección y los plenos de la Asamblea en vista de las precarias condiciones de seguridad de la sede, el Teatro Gran Mariscal de Sucre, por el acoso de manifestantes, y por la crisis que ha estallado tras el escándalo del pasado miércoles en el Congreso, en La Paz. Tras anunciar el cierre, la presidenta de la Asamblea, Silvia Lazarte, lamentó los ataques, las críticas y los insultos que sufren algunos constituyentes.

ALTERCADO VIOLENTO La crisis institucional boliviana que se viene gestando desde hace un año, llegó al cenit el pasado miércoles, cuando el Parlamento se convirtió en escenario de violentas peleas entre sus señorías que incluyeron puñetazos, patadas y tirones de pelo. Diputados del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) se enzarzaron con diputados opositores de la Cámara que eran contrarios al procedimiento "antidemocrático" instado por el presidente, Evo Morales, contra cuatro de los cinco magistrados del Tribunal Constitucional.

Tras la batalla campal, los partidarios de Morales abandonaron la sede y se trasladaron al edificio de la vicepresidencia, donde la moción fue aprobada por mayoría absoluta.